Oaxaca genera mil toneladas de basura al día
Ante el vencimiento del plazo para el cierre definitivo del basurero en Villa de Zaachila el 8 de octubre pasado y la suspensión de recolección de residuos sólidos en Oaxaca de Juárez, el Colectivo de Organizaciones Ambientales de Oaxaca (COAO) alerta sobre la agudización de la crisis de la basura, pues el destino de los desechos de la capital del estado y de 28 municipios más es incierto.
El presidente del COAO, Gerardo Aldeco Pinelo, afirma que si no hay una solución pronta a este problema, una crisis de contaminación del agua e infecciones en la población será inevitable, lo que, además, desencadenará escasez del líquido en unos 20 años.
En días pasados, el presidente municipal, Francisco Martínez Neri dio el banderazo de salida a siete camiones recolectores de residuos orgánicos, los cuales recolectan 100 toneladas al día; mientras que a partir del lunes, 200 funcionarios explicarán a la ciudadanía cómo separar su basura, misma que sera recolectada a partir del 12 de octubre en cinco rutas, entre ellas el Centro Histórico, Reforma y Volcanes, dejando el resto de colonias y agencias para una siguiente etapa.
Los desechos serán depositados en seis zanjas en El Tequio, a modo de compostas, detalla el presidente del COAO, mismas que ya se están llenando, sin que exista aún otro espacio; mientras que los desechos sólidos aún no tienen destino.
Tan solo la ciudad de Oaxaca genera mil toneladas de basura al día, cantidad que se triplica en temporada turística.
Aunque Martínez Neri no ha dado a conocer la ubicación del nuevo relleno ni la inversión del mismo, en ocasiones anteriores señaló que se requerirían al menos 400 millones de pesos para su construccións.
También informó de la compra de una compactadora de basura por 21 millones de pesos, y que los bloques serán transformados en combustible en la cementera Cruz Azul.
El presidente municipal de la capital del estado reconoce que es necesario un terreno para los residuos no reciclables. “Estamos trabajando en un nuevo modelo”, dice. Por el momento, para la población de la capital y sus agencias es obligatorio que los desechos se separen.
A pesar de la problemática económica por la que atraviesa el ayuntamiento, indica, los camiones recolectores de desechos orgánicos se adquirieron con recursos propios: “No pusimos el empeño suficiente desde hace varios años, que pudo evitar que estemos pasando por estos momentos tan difíciles”.
El edil destaca que municipios y dependencias intervendrán en el saneamiento del basurero de Zaachila, cuando lo cierren permanentemente.
Aunque desde hace meses se anunció la obligación de separar la basura en orgánica e inorgánica, la población aún no lo hace; los residuos terminan en tiraderos clandestinos a cielo abierto, en terrenos despoblados, dice el COAO. Muchos municipios usan los tiraderos de otros, en acuerdo, o llevan la basura sin separar a Ocotlán o Atzompa.
La medida, apunta el COAO, agrava el problema, pues se replica lo que pasó con el tiradero de Zaachila: “al final tendremos muchos más casos iguales”.
Para muestra, el 6 de octubre pasado, la Procuraduría de Atención al Medio Ambiente del Estado de Oaxaca (Propaeo) localizó tres tiraderos ilegales a cielo abierto en el municipio de Monjas, Miahuatlán, en la región Sierra Sur.
Sin opciones para darle destino final a la basura, municipios como Oaxaca de Juárez están empezando de cero con programas de separación, para atender un problema que data de más de cinco años, cuando los ambientalistas ya advertían sobre el problema de la basura en la zona.
Por el momento, en localidades como San Sebastián Tutla, Valles Centrales, desde hace más de una semana, el servicio de recolección de basura inorgánica fue suspendido. Los desechos se acumulan en los hogares, lo que representa un riesgo sanitario para las familias y la población en general.“El ciudadano como primer responsable de sus desechos necesita capacitación, pero también es necesario que se actualicen los reglamentos de los municipios que quedarán sin acceso al tiradero de Zaachila, donde se establezcan sanciones para que la población acate las medidas de separación”, apunta Aldeco Pinelo, presidente del COAO. El proceso advierte, podría tardar hasta dos años.
