México es un país eurocompatible, por lo que España ayudará para reforzar las relaciones comerciales con la Unión Europea.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, dijo desconocer qué es la “pausa” de la que habla el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la relación con España.
Previo a su reunión de trabajo con Marcelo Ebrard, el canciller español comentó a la agencia de noticias que este encuentro en territorio mexicano es justamente para acelerar y profundizar los vínculos entre ambas naciones. “No sé muy bien qué quiere decir pausa, en cualquier caso mi visita hoy en día lo que hace es acelerar esa relación, que no es nada nuevo, se acelera ya desde hace muchos años, año a año hay más españoles en México y más mexicanos en España”, respondió Albares.
Ya en la reunión, donde estuvo presente el nuevo embajador de México en España, Quirino Ordaz, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, indicó que la relación con el país ibérico es muy importante para México.“La relación de España para México, como lo dijo hoy el señor presidente, es una muy importante, en muchos sentidos, tenemos entrañables relaciones, aprecio al pueblo español, a la gran contribución que ha hecho para México la presencia de España para nuestro país”, dijo el canciller mexicano ante los medios de comunicación.
Ebrard destacó que previo a la reunión de trabajo, ambas partes firmaron acuerdos en temas comunes y destacó el papel de España en la economía de México, pues existen 7 mil empresas ibéricas en nuestro país.
Por su parte, el canciller Albares indicó que México es el principal socio económico de España de toda Latinoamérica, además de compartir lazos culturales y humanos desde hace siglos por su historia en común.
Indicó que México es un país eurocompatible, por lo que España ayudará para reforzar las relaciones comerciales con la Unión Europea con la inclusión de nuevas reglas y tratados que beneficien a todos.
Tras esta serie de declaraciones a la prensa, ambos cancilleres se tomaron algunas fotografías sonrientes y con apretones de mano, para luego retirarse a sostener discusiones en privado.
