Los tifosi no olvidaron su pasado interista y él los provocó, ganándose una amarilla y una pelea con Bonucci y Perin
El Benfica se impuso este miércoles a domicilio (1-2) a una Juventus que se adelantó en el marcador pero que, tras un inicio perfecto, volvió a ser el equipo plano que acostumbra últimamente y se mantiene inmerso en una crisis de juego y resultados que le complican, por el momento, la clasificación a octavos en la Champions League. https://www.mediotiempo.com/futbol/champions-league/juventus-vs-benfica-1-2-grupo-h-uefa-champions-league
La Vecchia Signora se había ilusionado, al principio del encuentro, gracias a un Arkadiusz Milik en estado de gracia. El polaco convirtió una falta de Paredes en el 1-0 con un imperioso cabezazo, su tercer gol en seis encuentros, a los que hay que sumar el que le quitaron injustamente ante la Salernitana. Tras un arranque agresivo y una oportunidad desperdiciada por Kostic, sin embargo, el Benfica se hizo con el control del partido. Rafa Silva rozó con un remate desde la frontal que se estampó en el poste el 1-1, que llegó justo antes del descanso.
En el 44′, una ingenua falta de Miretti sobre Gonçalo Ramos, causó un penalti que materializó Joao Mario. Los tifosi no olvidaron su pasado interista y él los provocó, ganándose una amarilla y una pelea con Bonucci y Perin (que también fue amonestado). No hubo ni un atisbo de reacción bianconera y el Benfica completó la remontada en el primer tramo de la reanudación con David Neres, que aprovechó un rechace de Perin. El regreso de Di María regaló alguna señal de vida desde el mundo juventino, pero nada suficiente para cambiar el rumbo de un partido que las Águias dominaron.
El pitido final llegó tras un tanto anulado a Vlahovic, que sigue en su momento negro, y una enorme ocasión desperdiciada por Bremer. El Benfica celebró un comienzo de temporada inolvidable y la Juve, mientras, recibía los pitos de unos hinchas que nunca en su historia la habían visto perder los primeros dos partidos de la fase de grupos de Champions. De ocho partidos oficiales, los italianos apenas ganaron dos.
