Respecto a su trayectoria en la música, Badú empezó a explotar su voz y a pesar de que en alguna ocasión confesó que él no creía tener una gran voz lo cierto es que fue precisamente su cantó la que lo llevaría a triunfar y a ser conocido como “El emir de la canción”. Gracias a su peculiar timbre consiguió una oportunidad en el programa de radio de Gabriel Ruiz “La hora azul”, en donde debutó como intérprete y se quedó a trabajar, posteriormente siguió preparando su voz para desempeñarse como cantante.
Su trabajo en el cine
A pesar de que en sus inicios tenía poca fe en sí mismo, lo cierto es que luego de varios años como cantante le surgió la oportunidad de trabajar como actor en cine y fue Víctor Manuel Mendoza quien lo introdujo a este gremio con la película “Sangre en la montaña”, sin embargo este filme nunca se estrenó.
Dicha película no se estrenó por cuestiones de producción, pero quienes vieron su trabajo actoral lo siguieron llamando para trabajar en otras producciones, fue así que Antonio Badú logró participar en más de 150 películas en el cine mexicano, además de qué para la 20th Century Fox filmó “Canta claro”, “Ramona”, y “La mujer que quiere a dos”, además de que también trabajó en el cine de diversos países entre ellos España, Colombia, Chile, Venezuela, Guatemala, Perú, entre otros.
Luego de grabar varios discos y acumular 50 años de carrera artística, en 1985 Antonio Badú decidió retirarse para dedicarse a varios negocios que pensaba emprender, sin embargo, una terrible enfermedad lo golpearía y lo haría llegar a su trágico final.
La decisión que lo llevó a su trágico final
“El emir de la canción” era un fumador compulsivo, fumaba todo el tiempo, a todas horas y llegaba a consumir más de tres cajetillas por día, siendo esta su sentencia de muerte.
A pesar de que cada mes se checaba los pulmones y nunca le detectaron nada, fue en marzo de 1993 que Antonio Badú se enfermó gravemente y debido a la urgencia tuvieron que extirparle un pulmón por lo avanzado que estaba el cáncer en su cuerpo.
Se sabe que luego de la intervención médica Badú jamás se repuso y decidió morir en paz en su casa, falleciendo el 29 de junio de 1993 a los 79 años víctima de un cáncer pulmonar que lo hizo sufrir hasta el último de sus días.
