Este conflicto se radicalizó un año después con la intervención de la coalición árabe.
El Cairo.- Las bombas utilizadas en el ataque contra un centro de detención en la ciudad yemení de Saada, en el que murieron 91 personas, según los rebeldes hutíes, que atribuyó la acción a la coalición militar liderada por Arabia Saudí, eran de fabricación estadounidense, denunció este miércoles Amnistía Internacional (AI).
La ONG de derechos humanos afirmó que, pese al compromiso de Washington de no apoyar las acciones ofensivas de esa alianza, sus expertos en armamento lograron identificar la bomba utilizada en el ataque, a partir de fotos de sus restos, como una GBU-12, fabricada por la empresa estadounidense Raytheon.
Las pruebas del uso de este proyectil en la agresión, que también dejó 236 heridos, según el balance del Gobierno de los hutíes, que controlan buena parte del Yemen, es "la última pieza en una red más amplia de pruebas del uso de armas fabricadas en Estados Unidos en incidentes que podrían suponer crímenes de guerra".
El ataque contra Saada tuvo lugar el pasado viernes en medio de una escalada de bombardeos por parte de la coalición árabe contra los hutíes en represalia a un ataque de estos con drones y misiles contra instalaciones civiles de Abu Dabi, en el que murieron tres trabajadores de una zona industrial y otros seis resultaron heridos.
La alianza encabezada por Arabia Saudí y en la que también participa Emiratos Árabes Unido negó la autoría de esta agresión, pero tanto los insurgentes yemeníes como la ONU y algunas organizaciones humanitarias le han responsabilizado de la matanza.
Amnistía Internacional lamentó que "el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, haya abandonado las promeses que hizo tras asumir el cargo a principios de 2021 de acabar con el apoyo estadounidense a las operaciones ofensivas en el Yemen, incluida la venta de armas".
Por ello, pidió a EU y al resto de países suministradores de armamento, entre los que citó al Reino Unido y Francia, que "detengan inmediatamente la transferencia de armas, equipos y asistencia militar a todas las partes implicadas en el conflicto en el Yemen".
Este conflicto, que comenzó en 2014 con la conquista por los hutíes, un movimiento chií apoyado por Irán, de amplias áreas del país y se radicalizó un año después con la intervención de la coalición árabe, supone para la ONU la mayor tragedia humanitaria del planeta, con el 80 % de la población del país necesitada de algún tipo de asistencia.
