"Cambiemos nuestra manera de pensar y cambiaremos nuestra manera de vivir. Todos han escuchado hablar de Jesús, pero no lo conocen”.
Crecí en medio de una familia disfuncional, mis padres se separaron. Tomamos muy mal las decisiones. Yo traía las pilas por dentro sin embargo, al sentirme solo probe todo tipo de drogas desde marihuana, Resistol, cocaína y cristal. Cuenta Jesús Alberto García Catillo.
Ahora, después de casi cinco años el orgulloso joven de 22 años de edad oriundo de Ciudad, Acuña ya totalmente rehabilitado dijo que gracias a la palabra de Dios su vida cambió. Ahora ayuda a la rehabilitación de 80 personas que claman apoyo en la Casa de Rescate Cristo Vive, en Monclova, Coahuila.
Entre los factores que llevan a una persona a consumirse en las drogas están los problemas familiares o la falta de un padre. ¿Qué pasó en tu caso?
Empecé desde los 11 años de edad a consumir de todo. Yo traía toda la energía sin embargo fuí a parar la esquina equivocada del barrio en Ciudad, Acuña donde había de todo, así me la pase hasta los 17 años.
Estar perdido en las drogas muchas veces es muy difícil levantarse o al menos es lo que se piensa. Cómo llegaste a la Casa de Rescate a Monclova si eres de Acuña. ¿Quién te trajo?
Un grupo de jóvenes de Cristo Vive me encontraron en un callejón donde consumía las drogas. Me entregaron un folleto de la Casa de Rescate. Mi madre me trajo y el pastor Santos Mendoza me recibió un 3 de noviembre de 2016. La fecha no se me olvidará jamás.
Te veo seguro de si mismo, hablas muy fluido, conoces la palabra de Dios. ¿Cómo te rehabilitaste en cinco años?
Probé el Resistol, thineer, pastillas psicotrópicas, la piedra, la cocaína y otras más. Pero te repito gracias a un folletito y con la ayuda de mi madre me hablaron de Jesús me dijeron que el dió su vida por mí. Nadie me había convencido.
Llegaste de Acuña un 6 de noviembre de 2016 siendo un menor de edad. ¿Pensaste en abandonar la Casa de Rescate?
Dos días después que llegué aquí mi madre partiría el domingo para Acuña. Yo me miraba regresando a los coahuilenses para tomar el camión e irme. Pero el pastor comparte una palabra de Dios para entrar en mi corazón como mi salvador. Y aquí estoy sano y salvo.
Rehabilitado completamente después de cinco años. ¿Cuál es tu función en la Casa de Rescate Cristo Vive?
Ayudo al Pastor, Santos Mendoza García. Estoy encargado de los jóvenes ayudo en todo lo que sea necesario para su rehabilitación de las drogas.
Las personas que se drogan por años les resulta difícil salir pero también en creer en Dios. ¿Qué piensas ahora que estás sano?
Hay una respuesta para un problema de adicción, la respuesta se llama Jesús. Todo el mundo ha escuchado hablar de Jesús, pero no lo ha conocido.
En casos de jóvenes que están envueltos en problemas de drogas sus familias los llevan con psicólogos o médicos. ¿Aquí en la Casa de Rescate es solo la palabra de Dios?
Jesús dijo en Mateo: Cambiemos nuestra manera de pensar y cambiaremos nuestra manera de vivir.
Todo el mundo ha escuchado de Jesús, pero no lo ha conocido.
Muchos jóvenes se refugian en las drogas por diversos problemas. ¿Ha crecido el número de adictos en esta región a raíz de la pandemia?
Si. La droga que más se consume es el cristal por ser muy barata y que se puede conseguir muy fácil en cualquier esquina. Es un grave problema.
Dejar la drogadicción depende de muchas horas de trabajo en la Casa de Rescate. ¿Qué ayuda más a los jóvenes a parte de convivir?
Todos los días hacen reporte de la Biblia, se memorizan 14 lecciones que reciben desde la caída del hombre hasta matrimonio cristiano. El plan no es que solo dejen las drogas, sino que cuando salgan de esta casa se reintegren a la sociedad.
Se requieren más Casas de Rescate Cristo Vive en el país. ¿Cuántas existen en Coahuila?
Existen más de 35 en todo el país. En Coahuila tenemos casi 10 porque ya se están construyendo varias, una de ellas en Torreón. Incluso en Sao Paulo, Brasil.
Los jóvenes necesitan consejos. Cuál es el tuyo?
Que se acerquen a Dios. Yo no creía por estar sumergido por años en las drogas pero él me salvó.
