En distintos momentos se le quebró la voz.
Fue despedido con fuertes aplausos y una gran emoción del hospital donde estuvo a punto de morir tres veces. Se despidió como verdadero campeón. Toño Mauri volvió a nacer en un "parto" de vida que no lo dejaba ir. Una traqueotomía, ocho meses hospitalizado en terapia intensiva y dos pulmones trasplantados son parte de su historia.
"Cada día, cada noche —de los que estuvo consciente— llegué a pensar que era mi último día. Porque estás solo, estás en un lugar viendo cómo la gente pasa; los doctores, los enfermeros", platicó Toño a 24 periodistas reunidos a través de Zoom.
En distintos momentos se le quebró la voz: "Sólo le pedía a Dios que me ayudara, quería ver a mis hijos una vez más y sé que me escuchó porque él tiene algo para mí que quiere que haga relacionado a estos testimonios".
El doble trasplante se lo hicieron hace nueve semanas, salió del quirófano y poco a poco fue volviendo en sí y actualizándose de todo lo que sigue sucediendo alrededor del coronavirus.
En su familia se habían enfermado todos, su esposa Karla y sus hijos; ellos ya se habían recuperado a esas alturas de su enfermedad, solo él estaba librando la batalla de esta pandemia en Sinai Hospital, donde informaron a su esposa que no había mucho que hacer. Luego trasladaron a Toño a Florida con la esperanza de un doble trasplante de pulmón.
"Entré a una lista y más o menos a las dos semanas surgió la oportunidad", relata Toño Mauri con cierta dificultad al hablar.
"Las manos de los doctores hicieron un gran trabajo y es como puedo estar hoy aquí; con un cambio de vida, es un cambio de hábitos, es un cambio de rutina, pero es un cambio que espero me dé la oportunidad de que mucha gente tome conciencia".
El 14 de febrero fue dado de alta. Toño pensaba que el día que llegó al hospital en junio de 2020, sería una visita de rutina, de entrada por salida; no fue así. "Yo creí que iba a estar dos o tres días y ya me iba a ir", recuerda.
