Según testigos, la unidad era conducida por un menor de edad.
Con los neumáticos hacia un costado y proyectada contra un poste de concreto, así terminó una camioneta la noche de ayer, la cual era conducida supuestamente por un menor de edad, quien debido al exceso de velocidad perdió el control del volante y volcó aparatosamente, retirándose del lugar para evadir todo tipo de responsabilidad, donde de milagro no aplastó a más de 50 menores de edad que se encontraban divirtiéndose en una plaza pública.
El fuerte accidente se registró minutos después de las 21:00 horas, cuando se desplazaba sobre la calle Alto Horno 2 de la colonia Praderas primer sector en dirección al oriente, una camioneta marca GMC tipo Envoy color gris, que portaba placas de Onappafa y varias calcamonías de un partido político, la cual era conducida según testigos presenciales por un adolescente menor de edad, quien iba acompañado por más amigos de él, mismo que debido al exceso de velocidad al llegar a la altura de la calle Sinter 2, perdió el control del volante para proyectarse contra el cordón de protección que lo hizo volcar de costado, derribando un árbol, un contenedor de basura y terminar su loca carrera contra el objeto de cemento que evitó siguiera de largo y arrollara a varios infantes y personas que se encontraban en la Plaza de Praderas divirtiéndose y tomando el fresco de la noche.
A pesar de lo fuerte del impacto los tripulantes y el presunto responsable se retiraron rápidamente sobre la calle Alto Horno 2 en dirección al oriente según los testigos oculares que presenciaron el percance, rápidamente elementos de Protección Civil y personal del departamento de Control de accidentes acudieron y tomaron conocimiento, acordonando el área para que una grúa logrará poner en la posición normal a la camioneta, la cual fue trasladada a un corralón donde permanecería hasta que se presentaran a reclamar su propiedad y cubrieran los daños ocasionados, vecinos del sector manifestaron a los elementos municipales de que exigían pusieran reductores de velocidad, debido a que constantemente esa calle la agarran como pista de carreras, donde sólo un milagro logró que no sucediera una desgracia.
