"Violetas del Anáhuac" fue el primer periódico feminista que se publicó en México a finales del siglo XIX, bajo la dirección de Laureana Wright y posteriormente estuvo a cargo Mateana Murguía de Aveleyra, es considerado por la investigadora Elvira Hernández Carballido una publicación fundamental para la historia del periodismo mexicano hecho por mujeres, y concibe a Wright y a Murguía como las pioneras del periodismo de mujeres en México.
La mañana de este lunes un tomo encuadernado de ese periódico que en un principio se llamó "Las hijas del Anáhuac" y luego cambió a "Violetas del Anáhuac" debido a que existía una hoja volante con el mismo nombre, fue donado al Instituto Matías Romero de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
A través de un tuit, el canciller Marcelo Ebrard compartió la noticia: "Fue donado a SRE primer periódico feminista de México, Las Violetas del Anáhuac, publicado en diciembre de 1887 bajo la dirección de Laureana Wright 'Venimos al estadio de la prensa a llenar una necesidad: instruirnos y propagar la fe que nos inspiran las ciencias y las artes'".
"Violetas del Anáhuac. Periódico literario redactado por señoras" antes "Las hijas del Anáhuac", fue un semanario que se publicó entre el 4 de diciembre de 1887 y el 17 de febrero de 1989, fecha de su último número, y se podía acceder a él a través de suscripción.
Este semanario se consideraba el medio necesario para que la mujer del siglo XIX pudiera ensanchar sus conocimientos, "ya que, si las puertas de la cultura se le empezaban a abrir, era indispensable que diera a luz sus ideas para extenderlas a todas las mujeres", apunta Hernández en su texto "Violetas del Anáhuac, pioneras del periodismo de mujeres en México", que abre el libro "El género es el mensaje. Mujeres periodistas en México", publicado por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
"Violetas del Anáhuac" también surgió con la finalidad de convencer a la sociedad de la capacidad de las mujeres y para que todas las mexicanas se interesaran por participar en el campo periodístico que les ofrecía todas las facilidades para informarse sobre aspectos científicos, culturales y sociales, sobresaliendo aquellos relacionados exclusivamente con el sexo femenino.
El sexo femenino fue su constante preocupación, asegura Hernández Carballido, escribían para él y sobre él, ya fuera para aportar consejos acerca de la mejor forma de educarse e ilustrarse, para reafirmar o rechazar la moral impuesta. Pero también se interesaban por aspectos científicos o sociales, temas religiosos, históricos, pedagógicos, definiciones de conceptos políticos, investigaciones acerca de la conquista e independencia de México, semblanzas de mujeres célebres del país y opiniones sobre música, literatura, o teatro nacional.
Publicaban composiciones poéticas, firmadas la mayoría de veces por Dolores Correa Zapata, María del Refugio Argúmedo, Anémona, Emilia Rimbló, Dolores Puig de León, y muchas más, y también novelas, cuentos y anécdotas, donde la mayoría de veces el personaje central era una mujer que se enfrentaba a diversos problemas.
Las mujeres que escribieron en el semanario pertenecían a la clase alta o a la clase media que ya se estaba formando en el porfiriato, habían recibido una excelente educación particular; además de Laureana Wright y Mateana Murguía de Aveleyra, otra mujer importante fue María del Alba, pero también aparecieron textos de Carmen Romero Rubio.
Dice Hernández Carballido que había información de ciencia, arte, educación e historia, pero el tema político no les resultaba ajeno, "y si bien los asuntos políticos nacionales no eran tratados en el periódico con profundidad, se daban interesantes definiciones sobre conceptos como: sufragio universal, revolución y legislación".
