Gracias a ese acercamiento, el gobierno federal aprobó mil 300 millones de pesos, recursos extraordinarios, para financiar el proyecto.
En una gira de trabajo por la región del Istmo de Tehuantepec, el 28 de abril de 2019, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, fue interceptado por el profesor jubilado juchiteco Tomás Chiñas Santiago, quien se plantó frente al mandatario con una peculiar petición: el rescate de la cuenca del río Los Perros y su manejo sustentable para evitar inundaciones y contaminación de las lagunas.
Allí, en medio de la gente, el Presidente escuchó atento y le preguntó sí lo había tratado con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con los presidentes municipales y autoridades estatales. El profesor a todo respondió que sí.
Explicó que nadie podía ni le interesaba el problema, que la solución del río estaba en manos del Mandatario, a quien pidió que allí mismo contestara "sí o no"; de lo contrario, acudiría a instancias internacionales. Para sorpresa del maestro, López Obrador le respondió con un sí, dijo que retomaría el tema y giró instrucciones a sus acompañantes.
Gracias a ese acercamiento, el gobierno federal aprobó mil 300 millones de pesos, recursos extraordinarios, para financiar el proyecto Plan Estratégico para el Saneamiento de la Cuenca del Río Los Perros, que contempla acciones para sanear la cuenca y evitar la contaminación de la laguna Superior; los trabajos previos para la elaboración del plan maestro del proyecto ya se están llevando a cabo.
Para entender este gran logro hay que retroceder 21 años, cuando Tomás Chiñas Santiago se encontraba en una feria artesanal en Chiapas y recibió una llamada de sus hijos, quienes le avisaban que el río se había desbordado y su casa en la Quinta Sección de Juchitán estaba inundada.
Regresó lo más pronto posible y encontró a sus hijos llorando y angustiados sin poder salir; ese momento fue el que detonó su lucha por la recuperación del río de manera integral y con la participación de los ciudadanos.
En los primeros años todos decían que estaba loco, pero poco a poco se sumaron a su lucha integrantes de la sociedad civil y campesinos de Santa María Xadani, quienes plantearon que el rescate fuera de manera integral, pero nadie quería entrar a organizarlo de tiempo completo, hasta que Tomás Chiñas se jubiló y aceptó el reto de entrar de manera honoraria al Comité de Cuenca del Río Los Perros, como parte de la sociedad civil, al ser miembro de la Organización Social Tona Taati’.
Después de tocar puertas ante diversas instancias como Conagua, la extinta Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, y la Comisión Estatal del Agua, el comité ha logrado en los últimos 11 años la reconstrucción de aproximadamente 21 kilómetros de cauce del río, que abarca desde la Colonia 5 de abril de Juchitán hasta la laguna Superior.
Estos trabajos han permitido a los pobladores superar los momentos de zozobra, producto de las recurrentes inundaciones por el desbordamiento del río en esta zona.
Entre los problemas detectados en estudios realizados se encuentra el del puente vehicular y peatonal conocido como El Chaparro, llamado así por su estructura baja, que conecta la Novena Sección con la Quinta Sección, el cual, en tiempos de lluvias, se convierte prácticamente en un dique que atrapa todos los residuos sólidos urbanos que caen al río, los cuales provienen de los basureros clandestinos a cielo abierto ubicados a lo largo del cauce del río.
Esta situación provoca desbordamientos en las partes bajas de Juchitán, por lo que el comité ha propuesto que sea derribado y reconstruido, pero los vecinos se opusieron.
"Se socializó la propuesta hace años de que el puente era un problema, pero la gente no lo entendió, nos dijo que el problema estaba en el azolve, que lo limpiáramos, y eso hicimos, limpiamos el río, ¿y qué pasó?, nos volvimos a inundar, porque el problema está en ese puente, ojalá y ahora entiendan que se tiene que hacer una reestructura para evitar inundaciones, además es necesario que se establezcan plantas de tratamiento de residuos sólidos urbanos en toda la cuenca y la rehabilitación de la que está en Juchitán, para el manejo integral de estos desechos.", explicó.
Tomás Chiñas atiende el problema del río por un compromiso con la sociedad, sin recibir un pago alguno, sólo con el sueño de que algún día su hogar ya no se inunde de lodo y basura.
"Yo seguiré peleando por este río que aún es hermoso, porque no es nuestro destino vivir inundados", concluye.
