Un total de 22 organizaciones de ayuda humanitaria que trabajan en Yemen hicieron hoy un llamamiento al nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, para que suspenda la designación del movimiento hutí como organización terrorista, llevada a cabo por su predecesor, Donald Trump, en sus últimos días de mandato.
“Hacemos un llamamiento sin precedentes y unificado para que la Administración Biden suspenda inmediatamente la designación”, indicaron organizaciones como Acción Contra el Hambre, Oxfam, CARE International o Save the Children, en un documento publicado en una página web de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Las organizaciones firmantes reiteran las críticas que habían hecho varias de ellas y otras por separado así como la ONU a la decisión adoptada por el Gobierno de Trump, por la forma en que afectará a una población civil que sufre los efectos de seis años de guerra y al trabajo de la asistencia humanitaria en el país.
Aseguran que incluso con las autorizaciones emitidas por Estados Unidos para que puedan seguir con su trabajo en el Yemen sin que les afecten las sanciones por cooperar con una organización terrorista, esta designación “tendrá serias implicaciones” en la ayuda humanitaria.
Estas excepciones para la actividad humanitaria “no proporcionan suficientes garantías a los bancos internacionales, las compañías navieras y los proveedores”, que temen verse afectadas por sanciones, explican en su petición a Biden.
“Las compañías importadoras yemeníes, que proporcionan entre el 80 y el 90 % de los alimentos, combustibles y medicinas del país, ya están advirtiendo de que podrían dejar de operar”, lo que hará aumentar más la inflación, ya en niveles récord, alertan.
Igualmente, agregan, afectará a los envíos de remesas de los yemeníes emigrados, de las que depende, dicen, uno de cada diez yemeníes para cubrir sus necesidades básicas y suponen el 20 % del producto interno bruto del país.
Además, la designación de los hutíes como organización terrorista “probablemente afectará a los esfuerzos de la ONU para encontrar una solución pacífica al conflicto”.
La guerra en el Yemen estalló a finales de 2014, cuando los rebeldes hutíes conquistaron amplias zonas del oeste y el norte de Yemen, incluida la capital, Saná, por lo que el gobierno internacionalmente reconocido se trasladó temporalmente a la ciudad de Adén.
La ONU considera esta contienda la peor catástrofe humanitaria del planeta, con más de 24 millones de personas, es decir, el 80 % de la población de Yemen, necesitadas de algún tipo de asistencia humanitaria.
