Los políticos serbios del país están boicoteando las instituciones centrales en protesta por la reciente decisión del antecesor de Schmitd.
Sarajevo,- El nuevo alto representante internacional en Bosnia-Herzegovina, Christian Schmidt, pidió este martes en Sarajevo el trabajo conjunto de todos los políticos bosnios con la comunidad internacional para lograr el progreso que necesita el país con el fin de integrarse en la Unión Europea (UE).
Schmidt, que el pasado fin de semana asumió en Sarajevo sus nuevas funciones en un ambiente tenso en el país balcánico, se reunió hoy con la presidencia colegiada bosnia, a la que asistieron los copresidentes musulmán y croata, pero no el serbio, que con su ausencia boicoteó el encuentro.
"Confío en que habrá oportunidades para (nuevos) encuentros y el trabajo conjunto, porque es una obligación de todos nosotros trabajar juntos en interés del Estado y de la población de Bosnia-Herzegovina", dijo el político alemán.
"No se puede esperar que llegue alguien de fuera y haga un milagro. Todos deben pensar bien cómo contribuir a la mejora y para que Bosnia entre en la UE", declaró Schmidt, quien prometió hablar con todos conseguir un "diálogo constructivo".
Además, se mostró confiado en que, con ayuda de la UE y Estados Unidos, Bosnia-Herzegovina volverá a estar en "la agenda internacional".
Los políticos serbios del país están boicoteando las instituciones centrales en protesta por la reciente decisión del antecesor de Schmitd, Valentin Inzco, de imponer una ley que prohíbe la negación del genocidio de Srebrenica, cometido durante la guerra bosnia, entre 1992 y 1995.
Inzco recurrió, poco antes de dejar el cargo, a sus prerrogativas especiales para introducir la citada ley, que también prohíbe negar los crímenes de guerra o ensalzar a criminales de guerra, ante la falta de consenso entre los políticos del país para adoptar esas medidas, debido al rechazo de los serbios.
Los líderes políticos serbobosnios, encabezados por el miembro serbio de la terna presidencial bosnia, Milorad Dodik, rechazan cualquier "imposición de soluciones" en el Estado, formado por dos entes autónomos -el serbio y el común de musulmanes y croatas- y tres pueblos constitutivos.
El alto representante internacional supervisa y coordina la aplicación del Acuerdo de Dayton, que en 1995 puso fin a la guerra bosnia, sin lograr mitigar las profundas divisiones políticas entre los tres pueblos, ni consolidar el funcionamiento del país balcánico.
