Hablar de Maggie como es mejor conocida por familia, amigos, conocidos y compañeros de trabajo; es hablar de constancia y mucha fortaleza para trascender en cualquiera de las etapas que la vida le ponga en frente, sentarse frente a un teclado es una pasión que nació junto con el periodismo y hoy ya son cuatro "hijos de papel" como ella les llama a sus libros. El ultimo, fue dedicado precisamente a una mujer monclovense destacada en el ámbito deportivo nada más y nada menos que Nora Leticia Rocha.
“Se trata de mi cuarto hijo de papel, “Nora Leticia rocha, Una Mujer Inquebrantable”, un libro muy diferente a todo el trabajo que he realizado en mi vida, es un periodismo de reconocimiento a una mujer fuerte, entera. Un ejemplo a seguir”.
Una colombiana y una mexicana, ¿Qué te inspiró Nora Leticia Rocha para escribir un libro de 200 paginas? Laura es una mujer que inspira a cualquier persona, no solo por lo deportivo sino también por su espíritu de lucha, viene de menos a más, afrontaba criticas cuando era joven por querer correr y ser muy delgadita, encontrar un talento y hacer todo lo posible contra viento y marea para posicionarse, le ha costado un sacrificio enorme.
Mencionas que has escrito ya cuatro libros, ¿cuáles son y que tienen en común? Crónicas de la Violencia, editado por Miguel Ángel Porroa en el año 2011, en el 2017 y 2018 están las dos versiones de Sin Maletas, refugiados desde el exilio edición Colombia y Barcelona, de 15 a 20 historias, de ediciones Carena. El de Nora Leticia, es el cuarto libro, y define a los pasados tres, se trata de la cúspide de mi carrera periodística, donde ya no se habla de violencia o de dolencias en América Latina. Cuando uno escribe tantos años sobre inseguridad, narcotráfico, trata de personas y migrantes, también te afecta psicológicamente, ella me cambió la mirada.
Una colombiana adoptada por México, ¿Qué hizo que determinaras quedarte en este país?
Siempre he dicho que soy más mexicana que el pozole, incluso como muchísima comida de este país que a muchos de aquí no les gusta, amo la birria, los tacos. Además de que México me ha dado muchas cosas desde que llegue, me abrió muchas puertas y me permitió estudiar en sus mejores universidades.
México me adoptó, me dio esposo, me dio hijos; como no quedarme, estoy maravillada.
Escribir, es un don que tienen muchas personas, otras que les gusta, pero no saben cómo empezar, ¿Qué les dices a todos aquellos jóvenes soñadores, con algún día publicar un libro? Tienen que tener paciencia, los libros no se escriben de la noche a la mañana, los libros son un es un ejercicio de escritura reposada, no es diarismo, ara esto se tiene que hacer una rutina y lo más importante, primero leer muchos libros para tener vocabulario para estructurarlo e inspirarse en otros actores, mientras pules tu estilo.
Uno de tus libros habla sobre el tema de la migración, “Sin Maletas", en Monclova se vive una situación similar al ser una ciudad de paso para quienes quieren llegar a EUA, ¿que posición deben de adoptar los ciudadanos y cuál las autoridades? Los derechos humanos son son universales es decir que no es exclusivo de cierta población, hay que respetar a los migrantes que se adopten políticas públicas de reinserción social, adaptar albergues, ofrecerles agua y comida. Es un tema de globalización y al ser así, no excluye a México de vivir situaciones similares Centroamérica tiene conflictos y violencia, no sabemos si en algún momento seremos nosotros los que busquemos asilo o refugio en otro país.
Siempre hay algo o alguien que nos motiva para hacer lo que hacemos, ¿El mayor agradecimiento que tienes para quién es? Mi mayor agradecimiento es paras Dios, él es quien nos llena de talentos y nos susurra al oído cuales son y como potencializarlos.
Ahora qué podemos esperar de Margarita Abadía, ¿la crianza de su último libro, o ya se encuentra preparando otro? Como las mamás, estoy pensando seriamente en operarme para no tener más hijos de papel. (sonríe). La verdad es que estoy muy contenta pero también cansada.
El paso de la pandemia me ha dado durísimo, hoy más que nunca me duelen las manos de escribir, me duele la columna vertebral. En los últimos diez años he escrito un promedio de mil páginas, eso también genera satisfacción, pero mucho agotamiento; tomaré por lo menos un año sabático, estar más con mi familia eso necesito.
