Pumas terminó el torneo pasado decepcionando a los suyos. Inició éste de igual forma.
Empate a cero goles frente al Atlas, en un juego sin alma, en el que los Rojinegros estuvieron mucho más cerca de ganar. La realidad es que poco o nada de avance se vio en Pumas conforme al torneo anterior, ni las caras nuevas albergaron la esperanza de tener un torneo lejos de la mediocridad.
La directiva universitaria escogió traer jugadores de poca monta para soportar a un equipo que tiene como bandera la juventud y la oportunidad, pero que en la actual administración no ha consolidado a ningún novato, y en cambio ha regresado, como se muestra hasta ahora, a foráneos que no son para guiar, sino sólo para cumplir.
Tampoco es que el Atlas haya realizado cosas magníficas. Jugaron a lo suyo, a lo que hacen bajo la dirección de Diego Cocca, arriesgar poco y esperar a que aparezca algún chispazo individual que los haga triunfar. Ni uno, ni lo otro.
Pumas, además, reactivó al jovencito Marco García, aquel que fue suspendido de forma indefinida por acosar a una profesora del club, suceso que se llevó entre las suelas a mucha gente de la pasada directiva. Poco esperanzador inicio de semestre.
* PRIMERA GRAN DECEPCIÓN PARA LOS REGIOMONTANOS
Sobreviviendo a jugar la mayor parte del partido con 10 hombres, el Puebla sacó la casta para igualar con el Monterrey. Los de La Franja sufrieron al final del juego.
El gol de Maxi Meza (87') los hizo irse a la desesperada por el empate, el cual consiguieron por conducto de Christian Tabó (90'), que tuvo que ser avalado por el VAR, ya que de inicio fue invalidado por fuera de lugar.
