La pandemia, la falta de obra pública, el pago de impuestos y el tema de la subcontratación impactan negativamente al rubro
Las compañías constructoras de Monclova abandonarían la obra civil al continuar los impactos negativos como la falta de inversión en obras locales, estatales y federales. La pandemia, que primero provocó desempleo, y ahora la prohibición a la subcontratación, terminarán por acabarlos. Ante ello, ya contemplan laborar en otros giros.
Antes de la pandemia, en México existían 12 mil compañías; hoy sólo quedan 7 mil. En la ciudad la cifra pasó de 120 agremiados en la CMIC a 70. Esta reducción se acentuó por la falta de obras públicas, que disminuyó con la llegada de la pandemia. Ahora la tercerización los obliga a pasar registros por adeudos ante el SAT, IMSS, INFONAVIT y bancos para comprobar que no tienen adeudos. Todas las cargas impositivas, como 33% por ISR, 16% de IVA, 18% de cuotas del IMSS y 2% del ISN, suman otro factor negativo para los constructores, que están al borde de la quiebra. Incluso ya están considerando migrar a otros rubros.
Migración
Raúl Flores, propietario de la compañía Consorcio Total, enumeró los problemas que vienen para ellos con el outsorcing y las opciones que les quedan. “Será imposible corregir todo en el tiempo que queda antes de agosto. No hay obras y sólo promesas de inversión, pero no se ve para cuándo. Ya mejor haremos como José Arellano, ingeniero civil que comenzó a vender comida, le reditúo y ahora es su negocio”.Francisco Varela, dueño de la compañía Vafra, compartió la idea de buscar otras alternativas y sostuvo que; “estos cada día es más complicado. Tenemos las cargas impositivas que no nos dejan tener ganancias plenas, porque de cada mil pesos, sólo 20% es nuestro. Ahora para tener trabajo debemos convenir trabajadores fijos de todo tipo. Es algo imposible los que hicieron con la ley, no vieron la enorme afectación que provocarán”.Y es que desde el 2019, cuando comenzaron las complicaciones económicas en AHMSA, las constructoras sufrieron los daños colaterales con su salida de la acerera. A eso se le sumó la pandemia en marzo del 2020, que remató a las pocas compañías que sobrevivían al interior de Altos Hornos, y que además aniquiló muchas otras por la nula inversión en obras públicas. Lejos de representar una solución, la reforma a la ley laboral que arranca en agosto y prohíbe la contratación de terceros significa el acabose para las compañías constructoras.
