El tráfico de drogas en pequeñas cantidades es una de las principales fuentes de ingresos económicos de las pandillas
San Salvador,- Expertos de la Fiscalía General de la República (FGR) de El Salvador destruyeron este martes 500 kilogramos de cocaína valorada en 12.5 millones de dólares y que fue incautada la semana pasada en las costas del país centroamericano.
La droga fue incinerada en un predio baldío, según se observa en unas imágenes compartidas por el Ministerio Público en Twitter.
El cargamento de cocaína era transportado en una lancha con motor fuera de borda que fue perseguida por más de 100 kilómetros, entre el golfo de Fonseca y la bahía de Jiquilisto (sureste).
Un guatemalteco de 22 años fue capturado en el operativo y otro falleció producto de un "intercambio de disparos ocurrido cuando los criminales intentaron huir", de acuerdo con información del fiscal general, Raúl Melara.
Según el ministro de Justicia y Seguridad, Rogelio Rivas, el cargamento de droga provenía de Guatemala a través del Golfo de Fonseca, que comparten en el Pacífico Nicaragua, Honduras y El Salvador.
En el 2020, las autoridades de seguridad salvadoreñas se incautaron al menos de 2.93 toneladas de diferentes tipos de drogas, valoradas en más de 48 millones de dólares, según el Gobierno.
La fuente, que retoma las estadísticas de la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil, señaló que la mayoría de droga incautada es cocaína, con 1.86 toneladas y con un valor económico en el mercado del narcotráfico de unos 46 millones de dólares.
También indicó, sin especificar, que se reporta un aumento en la requisa de otras drogas como metanfetamina y éxtasis.
El tráfico de drogas en pequeñas cantidades es una de las principales fuentes de ingresos económicos de las pandillas, fondos que después lavan en pequeños negocios.
Un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen para América Central y el Caribe (UNODC ROPAN) indica que el índice de consumo de anfetaminas en Centroamérica es superior al registro global.
Esto supone, de acuerdo con los expertos del organismo, un potencial mercado que las pandillas pueden controlar en el futuro con sus redes de tráfico al menudeo. En esta región de América el porcentaje de prevalencia de consumidores de anfetaminas es del 1 %, superior al promedio global del 0.6 %.
