Los alimentos cocinados no deben permanecer más de 30 minutos expuestos.
Las diarreas son una enfermedad muy frecuente en verano y las elevadas temperaturas son el factor causal más importante, aun cuando en la mayoría de los casos se producen por una infección bacteriana o vírica.
Altas temperaturas
El calor acelera la descomposición de los alimentos que están a temperatura ambiente y, de hecho, las infecciones que desencadenan las diarreas pueden deberse en gran parte al hecho de comer alimentos en mal estado. También hay que tener en cuenta que con las temperaturas elevadas hay más moscas, mosquitos y otros insectos que inoculan gérmenes en los alimentos en que se posan. La precaución fundamental, por tanto, es mantener los alimentos cubiertos y en el frigorífico hasta el momento de cocinarlos.
Así mismo, una vez cocinados, no deben de permanecer más de 30 minutos a temperatura ambiente. Si no se va a comer inmediatamente, deberá guardarse en el refrigerador en un recipiente cerrado.
Continuando con la comida, la manipulación de los alimentos con las manos sucias puede causar su contaminación y, por tanto, favorecer la aparición de diarreas. También el tomar frutas que no se han lavado previamente.
Por último, cabe mencionar la diarrea del viajero, muy frecuente cuando se viaja a países en vías de desarrollo o subdesarrollados, en los que es frecuente que el agua esté contaminada y se utilice para lavar o cocinar los alimentos. De hecho, en estos países se recomienda beber únicamente agua embotellada, abierta delante de uno mismo, y evitar el consumo de vegetales crudos. Y, por supuesto, comer en restaurantes en los que esté garantizada la higiene.
