Es el gol el que marca diferencias y en el caso del Athletic penaliza su tendencia.
Madrid.- La definición designó al triunfador en San Mamés donde sigue estancado el Athletic y donde se reforzó el Sevilla que insiste en no perder de vista la cima y sacar provecho de una jornada que reúne en un mismo partido, en el derby, al Real Madrid y el Atlético, dos de los firmes aspirantes al título.
Es el gol el que marca diferencias y en el caso del Athletic penaliza su tendencia. En tres partidos el conjunto de Marcelino no ha marcado. Tal y como ocurrió en el Santiago Bernabeu contra el Real Madrid, el conjunto bilbaíno dispuso de oportunidades de todo tipo. Tiros al palo, de cabeza, sin oposición. Pero fue incapaz de llevar el balón a la red. Todo lo contrario que el Sevilla que dispone de pólvora por sus costados y que no necesita numerosas ocasiones para marcar.
El juego no justificó el marcador. El buen juego del cuadro rojiblanco, un equipo trabajado y con las ideas claras, no consigue la rentabilidad deseada. Falta de puntería. Siete jornadas sin ganar.
Le ocurrió otra vez ante el Sevilla, con bajas y todavía lánguido por su decepción europea. Pero la que tuvo la marcó. A los treinta y ocho minutos. Un disparo lejano y certero del danés Thomas Delaney que superó por la escuadra a Unai Simón.
El Sevilla se aferró al marcador para sumar su victoria número diez, asegurar la segunda plaza e insistir en su acecho al liderato del Real Madrid, al que contempla ahora a cinco puntos de distancia, con todo por decidir.
La sequía deja al Athletic en tierra de nadie. En el ecuador. Todavía más cerca de Europa que del descenso.
EL VALENCIA APUNTA ARRIBA
El Valencia agrandó sus ambiciones al ganar al Elche (2-1) con un gol a cinco minutos del final del italiano Cristiano Piccini y una parada salvadora, sobre la línea, del meta neerlandés Jasper Cillessen.
El cuadro de Jose Bordalás acumula siete encuentros sin perder, seis en Liga, y plasma con puntos una mejoría que le han arrimado a la parte alta de la clasificación. El conjunto valenciano ha cambiado la perspectiva. Mira arriba ya, despejado el panorama hacia abajo.
El buen nivel local en el inicio facilitó que el portugués Guedes abriera el marcador aunque poco a poco cedió el dominio a su adversario. Los cambios de Francisco, que encajó su primera derrota como técnico ilicitano, dieron otro aire al equipo que consiguió igualar en el 75 por medio de Lucas Boyé.
Pero en la recta final, un zapatazo de Piccini superó a Edgar Badía y puso otra vez por delante al Valencia. Después, Cillessen fue el salvador al atrapar sobre la línea un balón que entraba y que el Elche no se cansó de reclamar. El VAR reafirmó al árbitro. No entró.
"Dela falta de personalidad al principio hemos pasado a apretar al Valencia y solo puedo felicitar a mis jugadores. Me voy jodido por haber perdido", lamentó Francisco, preparador ilicitano.
El Valencia está a un paso de Europa. Se sitúa séptimo, por delante del Barcelona y a dos puntos del sexto, en zona continental, el Rayo Vallecano.
EL ESPANYOL BENDICE UN PARTIDO LOCO
El Espanyol reforzó sus aspiraciones a costa del colista, al que el triunfo le fue esquivo en un partido loco en el que pudo ganar cualquiera pero que cayó del lado local (4-3) y propició un récord histórico, negativo, para el Levante que acumula veinticinco partidos seguidos sin ganar.
La iniciativa en el marcador fue siempre del lado del Levante que se puso dos veces por delante. Abrió el partido el de Darder para el Espanyol pero después, De Frutos y Son dieron ventaja al conjunto valenciano. Raúl De Tomás volvió a empatar al inicio de la segunda mitad y Jose Luis Morales respondió con otro tanto que situaba, de nuevo, por delante, a los visitantes.
Al final, un doblete de Puado dejó los puntos en el RCDE Stadium que asienta en el ecuador de la clasificación al combinado de Vicente Moreno. "El equipo tuvo tranquilidad y pausa para doblegar al rival", apuntó. Para Alessio Lisci, "cuando un equipo está en una mala dinámica le pasa de todo".
NI ALAVÉS, NI GETAFE
En Mendizorroza, en un duelo entre dos rivales directos por la salvación, un gol de Joselu a tres minutos del final evitó un marcador doloroso para el Alavés y negó un triunfo necesario para el Getafe (1-1) que tuvo los tres puntos en la mano desde que a los veinte minutos Enes Unal puso por delante al conjunto de Quique Sánchez Flores.
El choque, espeso, sin ocasiones, excesivamente tenso, reflejó el estado de ánimo de dos equipos necesitados, temerosos por la derrota y que no crearon excesivas ocasiones de gol. El Getafe se centró en resguardar su renta al máximo. El conjunto local se volcó en busca de un empate que consiguió casi sobre la campana y que situó a Joselu como máximo goleador histórico de su club en la máxima categoría.
La igualada es insuficiente para ambos, separados por solo tres puntos en la clasificación. El equipo de Vitoria marca la salvación. El madrileño, el descenso.
