El frío, la pobreza y el hambre que calan hasta los huesos…

El frío, la pobreza y el hambre que calan hasta los huesos…

Es el diario vivir de familias vulnerables en Monclova que subsisten con un solo alimento al día

ROBERTO ORTIZ / EL TIEMPO DE MONCLOVA

Aún y con el frío que azota la región, temblando por la ropa ligera que traen, nada es impedimento para que niños y familias enteras salgan de sus precarios hogares los días martes, jueves y viernes de cada semana, a recibir un poco de alimento que reparten algunas iglesias a temprana hora, puesto que, en la mayoría de los casos, es el único alimento que comen al día.
Mientras aceleraban el paso para entrar a su humilde hogar en la ampliación 21 de marzo, Aurora y sus hijos, dentro del domicilio marcado con el 504 de la calle 44 en ese sector, se comenzaba a desarrollar otra historia de sobrevivencia para Johana que con apenas 15 años de edad, debía salir a trabajar para buscar el sustento de su hijo Iker de apenas 4 meses de nacido.
Ahí en ese domicilio, daba lo mismo estar dentro o fuera porque la temperatura de 3 grados que se sentía en aquella parte de la ciudad marcaba la cruda realidad que la quinceañera enfrenta junto a su madre Griselda y su tatarabuela Amelia de 100 años de edad, quien a pesar de tener enorme lucidez, de recordar su dura vida de trabajo en toda su juventud, aseguró que la vida no ha sido benévola con ella, porque aun con un siglo de vida a cuestas y cuando se supone debería estar viviendo una vejez de descanso y disfrutando el resto de sus días, sigue siendo lo contrario.
La propia Amelia, bajo un techo de láminas agujeradas que tienen goteras por todas partes y que en las paredes por más que busquen no evitan que se cuele el aire frío, explicó que, a su edad sigue en medio de carencias, de necesidades, pues actualmente sólo lo poco que uno de sus hijos le manda de vez en cuando, es lo que tiene para subsistir y en la mayoría de las ocasiones, solo le sirve para al menos comprar los pañales que por su edad necesita utilizar.

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Y justo en el momento en que Amelia recordaba haber nacido en Candela y que a corta edad llegó a Monclova donde la vida para ella fue difícil pues siempre se vio en la necesidad de lavar y planchar ajeno, Johana su tataranieta, preparaba las dos canastas que le sirven como herramienta de trabajo y en las cuales trasladaría las 100 manzanas chapeteadas que junto con su madre preparó para poder enfrentar los retos que implica ser aun una niña y tener que atender a su bebé de solo 4 meses.
Junto con su hermano menor, (12 años) Johana, salió de su hogar portando apenas una blusa de manga larga y una sudadera, además de usar una gorra para cubrir su cabeza de la congelante temperatura que se sentía y que tendría que aguantar a lo largo del día durante el recorrido que realizaría en las calles del sector oriente donde comúnmente busca vender las manzanas, pues es de ahí donde obtiene los recursos para los pañales y la lecha de su hijo, en el mejor de los casos habrá conseguido 150 pesos, lo que no es lo suficiente para llevar el alimento a su hogar.
Poco a poco, Johana y su hermano se fueron perdiendo entre las calles lodosas del sector que habitan como paracaidistas, porque su triste realidad, incluye que están invadiendo el espacio donde construyeron su humilde hogar que fue edificado con cartón, laminas y sobrantes de madera y que lamentablemente se ubica en el margen del arroyo natural, lo que los pone en alto riesgo en caso de una avenida.
CARENCIAS, FRIO, CALOR, DESEMPLEO Y MIEDO AL COVID
Al otro lado de la colonia, Aurora acompañada de cuatro de sus 6 hijos que tienen 14, 10, 7, 6, 2 años y uno de 4 meses de edad, buscaba la forma de enfrentar el frío, pero a pesar de que buscaba cobijarse con el abrigo que traía encima, no podía dejar de temblar y mucho menos de ver como el agua se estaba colando por todas partes al interior de su humilde hogar.

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A pesar de tener pareja, Aurora dejó ver que la situación que viven es por demás complicada ante la falta de un empleo fijo para su esposo quien desde años atrás solo tiene trabajos eventuales principalmente en la obra, aunque reconoció que son ya varios meses los que tiene sin trabajo y por eso acude a las calles de la zona centro para lavar autos y buscar el sustento de su familia.
Dentro de su hogar, se mira claramente la enorme necesidad que tienen, con apenas una estufa dentro, una mesa y dos camas pegadas en las que procuran dormir todos juntos para poder entrar en calor en uno de los dos cuartos que tienen, en la otra parte mantiene la ropa y algunos enseres que han logrado obtener con el paso de los años.
“Aquí la pasamos muy difícil, si hace frío se siente horrible porque da igual estar dentro que afuera, que decir en tiempo de calor ‘oiga’, es insoportable, pero que hacemos así nos tocó la vida y tenemos que seguir adelante” expresó Aurora sin despegar su vista del techo de su humilde hogar por donde las gotas de agua se colaban constantemente.
Y a pesar de que ayer como los días martes, jueves y viernes, grupos de la iglesia católica les llevan alimentos a temprana hora, Aurora dejó ver que hay días en los que tanto ella como sus hijos solo hacen una comida al día porque los recursos que llegan a su casa no alcanzan para cubrir las tres comidas al día.
En esta ocasión, dentro de ese domicilio había harina y manteca para preparar las tortillas, lo mismo que los frijolitos listos para degustar, pero fuera de eso esperaban que el día de trabajo como lavacoches permitiera a su pareja hacerse de recursos para poder obtener más alimentos, caso contrario tendrían que ir midiendo las provisiones restantes para que sus hijos puedan tener al menos en una ocasión al día alimentos.
En medio de todas esas carencias y circunstancias adversas, Aurora sostuvo que todos los días se encomiendan a Dios pidiendo por un día mejor y actualmente rogándole encarecidamente evite que el contagio de coronavirus llegue a cualquiera de los integrantes de su familia, pues definitivamente no sabrían que hacer para enfrentar una situación de ese tipo al carecer de recursos hasta para lo esencial como lo es la alimentación.

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