Gas LP
El día de ayer las empresas gaseras de la Ciudad de México llevaron a cabo un paro de labores en la distribución del combustible que afectó a miles de hogares y negocios. Esto luego de que a partir del lunes 2 del presente se aplicaron los nuevos precios máximos en el gas anunciados desde el 7 de Julio pasado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, además de la creación de una nueva empresa abastecedora y distribuidora de gas propiedad del gobierno llamada ‘Gas Bienestar’, con lo que, según el jefe del ejecutivo, se buscará establecer una competencia más real y por consiguiente un beneficio económico al usuario final siendo la Comisión Reguladora de Energía (CRE) quien determine semanalmente los costos máximos de venta del hidrocarburo.
Al respecto, Ricardo Sheffield Padilla, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), advirtió a los expendedores de gas LP: “Vamos a estar muy atentos en la Profeco de cuidar que nadie se pase de rosca y respeten el precio máximo en cada una de las 145 regiones”.
Parece bonito sobre todo para el consumidor, quien no tendrá qué pagar los abusivos precios que las gaseras imponen casi de manera arbitraria. Sin embargo el modus operandi simplemente no fue el adecuado: no se previeron este tipo de paros los cuales afectan directamente a los pequeños comercios que necesitan del combustible para sus labores diarias. Tampoco se ofreció una alternativa al desabasto generado y mucho menos se ha dado hasta el momento una solución inmediata para no afectar la economía de los microempresarios, por no mencionar a los usuarios particulares.
Si a lo anterior le sumamos que la nueva gasera será propiedad del gobierno y que además será abastecida directamente por Petróleos Mexicanos (PEMEX), las intenciones de Robin Hood de AMLO ya no lo parecen tanto. Por un lado y aunque siempre ha mantenido que las otras empresas gaseras (de las cuales insinúa son poco menos que un monopolio) seguirán compitiendo, claro queda que les será difícil si el precio de venta es demasiado bajo como para poder obtener utilidades y operarlas. Entonces sí el verdadero monopolio lo estaría generando el propio gobierno afectando así a las empresas como tal, pero también a un sinfín de servicios subcontratados de distribución y reparto que a lo largo y ancho del país laboran, ocasionando un duro golpe a este sector de la economía mexicana.
Por el otro, la iniciativa desde donde se le vea pone al descubierto las intenciones del Gobierno Federal de hacerse con el control de la venta de gas LP de una manera casi descarada y eso no es nada bueno para la imagen que el presidente se desvive en mantener de la mejor manera, dejando claro cada que le es posible que como mesías viene a salvar al pueblo y quien diga lo contrario está mal.
Beneficiar a los ciudadanos y sus bolsillos con una baja en el costo de uno de los principales servicios del hogar está bien, pero para hacerlo hay formas y me parece que esta no fue la adecuada. Tal parece que eso de quitarle al rico para darle al pobre se lo tomó de una manera muy literal, pero no cuenta que con ello miles de empleos de la ‘gente de a pie’ también están en juego y es donde hay que decirle al jefe del ejecutivo, según palabras del mismo Sheffield, que no se pase de rosca.
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