La Máquina agoniza. Nadie le ha avisado que ya inició el torneo. Puebla ganó 0-1.
Desordenado, estático, sin alma, sin idea. Un auténtico desastre es lo que muestra Cruz Azul en la cancha. Segundo juego bajo las órdenes de Juan Reynoso, segunda derrota, y no se ve avance. La Máquina agoniza. Nadie le ha avisado que ya inició el torneo. Puebla ganó 0-1.
De plantel a plantel, el de los cementeros le tenía que ganar con la sola presencia al del Puebla, pero la diferencia es que La Franja tiene hambre, sabe lo que quiere y cómo lo quiere; el Cruz Azul no. Los azules son un equipo partido, en donde se ve que algunos jugadores no están contentos, que ya no quieren estar ahí. Las figuras se esconden entre lesiones; los jóvenes quieren figurar con base en esfuerzo propio.
¿Culpable Juan Reynoso? Quizá sea el menos, pero sí es el responsable, se aventó el reto, pero no tiene tiempo. Toda la presión se le viene encima.
El Puebla jugó por nota, a lo que sabe. Cristian Tabó, quien estuvo a punto de ser cementero, anotó en un contragolpe al amanecer del juego (8’). Cruz Azul regaló toda la primera parte y en la segunda, a base de cambios quiso recomponer, pero no le alcanzó. El juego no lo inició Jonathan Rodríguez, quien no está al cien por ciento en lo físico, a lo que hay que agregarle el escándalo que se le viene por una imágenes que aparecieron en redes sociales.
La Máquina amanecerá como último lugar. Esto es lo que dejó la directiva que se fue y la que llegó, no ha podido arreglar.
