Les cuento que soy madre de 4 niños, tres paridos y una que si bien no parí de mi vientre, parí con el corazón y convicción. Soy una madre profesionista que se ha tenido que enfrentar a lo que muchas de nosotras hemos venido sufriendo desde hace ya un año. Sí mis queridas lectoras: la pandemia.
Tengo un gran respeto por todas aquellas mujeres que se dedican al hogar y que si bien o mal están un poco más acostumbradas a trabajar en casa y atender múltiples funciones que de por sí ya son agotadoras, ahora deben sumarle tener a los más pequeños y a los pubertos de la familia en casa “estudiando” toda la mañana.
Pero, como yo, también habrá muchas más que vivimos la experiencia desde otros puntos de vista, nos vimos en la necesidad de compatibilizar nuestra vida, nuestras responsabilidades familiares y profesionales con la nueva educación online, que creo a muchas como a mi nos ha generado muchos momentos de tensión y estrés. Nadie nos preparó para lo que nos enfrentaríamos, nos acecha la culpa por no alcanzar un buen desempeño y tenemos miedo de ser juzgadas negativamente en el trabajo por tener que cumplir con las responsabilidades que se nos fueron agregando.
Creo yo que las mujeres con cargos directivos o mandos intermedios tienen más probabilidades de dejar el trabajo o truncar su carrera profesional que los hombres, y no me quiero ni imaginar a todas aquellas madres obreras que tienen que cumplir con horarios bastantes difíciles y que además deben lidiar con la ausencia de las guarderías para los más pequeños, porque el servicio solo fue reabriendo para las empresas con actividades “esenciales”.
Es claro que las escuelas aparte de ser la formación básica y esencial para nuestras criaturas, también forman parte de la ayuda a las madres que requerimos dejar en buenas manos a nuestros hijos. Somos nosotras las mujeres (y aclaro que no en todos los casos) quienes cargamos con la mayor parte del trabajo de la vida tan agotadora de ir y venir al colegio, guarderías y niñeras. Ha sido este larguísimo año una oportunidad para replantearnos y analizarnos en muchos aspectos de nuestras vidas.
En lo personal ha sido un momento tan crucial en la vida que me ha hecho analizarme desde muchos aspectos personales; requiero ser más tolerante y paciente para poder llegar con la mejor de las energías y positivismo a casa después de un largo y pesado día laboral a ayudar a mis hijos a terminar, supervisar o bien realizar las labores que, por no estar su madre en casa, no pudieron terminar en su también difícil adaptación a la nueva normalidad.
A todas las que como yo salen a trabajar, les deseo la mejor de las vibras para poder continuar con la tan difícil labor, y a todas aquellas que su trabajo ya era estar en casa, me quito el sombrero. Gracias a todas las mujeres que tratamos de hacer las cosas mejor cada día pese a las circunstancias de esta nueva vida.
