El camión que se estrelló el pasado jueves contra un puente peatonal en una carretera de Chiapas transportaba a 160 migrantes, en su mayoría guatemaltecos
Asfixiados, amontonados como animales y sintiéndose cautivos, los migrantes centroamericanos se juegan la vida en tráileres que los llevan a la frontera con Estados Unidos (EU) en busca del sueño americano, exponiéndose a desgracias como la de los 55 indocumentados que murieron en un accidente en Chiapas el 9 de diciembre. Los viajes son organizados por traficantes de personas y duran hasta dos días; pese a que cubren cientos de kilómetros, pocas veces son detectados.
Es una pesadila. Cecilia Hernández, de 39 años de edad, que ahora se encuentra en un albergue de Ciudad Juárez, ciudad fronteriza con EU tras ser deportada, dijo que “es una pesadilla viajar en los tráileres”, agradeció tener vida y contó sus días dentro de las cajas que los transportaba con rumbo a norteamérica.
“Doy gracias a Dios que nos trajo con vida, porque es una pesadilla venir en esos tráileres […] mucha gente se desmayaba, los niños también. Mucha gente se desnudaba porque nos estábamos ahogando de calor”, aseguró Cecilia Hernández.
“Nos prensaban como animales, es como si estuvieras secuestrado”. Cecilia fue deportada dos veces de Estados Unidos en noviembre tras ingresar ilegalmente desde Reynosa, Tamaulipas, adonde llegó con tres hijos de 2, 4 y 16 años en un camión atestado.
Contó que su viaje en tráileres a EU duró dos días. “Nos prensaban como animales, encerrados. Hay aire (acondicionado), pero después se apagó y todo mundo quería salir, pero no se podía (…). Ahí estás como secuestrado“.
La “angustia” era tal que su hijo y otros pasajeros comenzaron a hacer huecos en la cabina para poder respirar.
Luego fueron abandonados en una zona desértica donde pasaron tres noches, contó Cecilia, quien tiene otros dos hijos en Estados Unidos y desde 2019 han pagado miles de dólares a los “coyotes” para que el resto de la familia pueda pasar. Su hijo de 16 años cruzó solo recientemente.
Salvada de incendio. Angélica Reyes es otra migrante que ha vivido la travesía de transportarse en tráiler. Ella cuenta que viajó durante 15 horas en una caja de ese tipo de vehículos junto con otras 450 personas, pero fueron abandonadas en Veracruz.
El tráiler estaba a punto de incendiarse, sin embargo, la policía llegó oportunamente, rompió la cerradura y los migrantes hacinados consiguieron salir; aunque varios fueron detenidos, muchos más lograron escapar.
Día después los traficantes los reunieron nuevamente en la Ciudad de México (CDMX) para continuar con el viaje hacia Estados Unidos, otra vez, en un tráiler.
"Como a la semana nos volvieron a sacar otra vez en tráiler. Y nosotros otra vez, con miedo", dijo Angélica Reyes.
Durante este segundo recorrido de 12 horas, el aire acondicionado se dañó. Era “como que estuviéramos dentro de un congelador y todos se empezaron como a asfixiar, unos se desmayaron”, recordó.
Ante los reclamos, el conductor amenazó con dejarlos encerrados, pero luego la situación se normalizó y llegaron al destino, refirió la joven, triste por la muerte de sus compatriotas en Chiapas, principal punto de entrada de indocumentados.
La hondureña Diana Yoliveth León, de 28 años, también vivió un suplicio en su desplazamiento de 14 horas en tráiler, sin comida ni posibilidad de ir al baño.
