Las calaveritas son un género popular cuya principal característica es la de recordarnos que todos moriremos.
En México, podemos encontrar 2 tipos de calaveras de Día de Muertos: las calaveritas literarias y las de dulce.
El origen de las calaveritas literarias
Se cree que el creador de las calaveritas literarias fue Joaquín Bolaños, un franciscano que describió su forma de ver la muerte desde un punto de vista humorístico.
En la época del virreinato, los literatos usaron las calaveritas para exponer a los nobles y burlarse de sus largos epitafios con gracia, ritmo y rima.
A mediados del siglo XIX, las calaveritas literarias renacieron en el periódico “El Socialista” de Guadalajara para expresarse sobre la sociedad y la política mexicana.
En tiempos modernos, las calaveritas literarias son una forma graciosa y burlesca de resaltar la personalidad de algún personaje o hablar de la situación de un país.
Características de las calaveritas literarias
Las calaveritas son un género popular cuya principal característica es la de recordarnos que todos moriremos, burlándose de los errores que cometemos en vida.
Con un estilo sarcástico, irónico y oscuro, describe las actitudes o acciones de una persona y las plantea de manera graciosa dentro de alguna situación.
Está escrita en versos y a manera de epitafio.
¿Cómo escribir una calaverita literaria?
Las calaveritas literarias tienen una estructura muy particular.
Dedicatoria
Primero piensa en alguien a quien quieres escribirle una calaverita.
Cualidades o rasgos del protagonista
Ahora piensa en alguna cualidad positiva, actitud o rasgos típicos de su personalidad.
Plantea la situación de manera graciosa
En esta parte de tu calaverita, tu protagonista se encuentra en un aprieto divertido a causa de la cualidad o actitud que lo caracteriza.
Recuerda que se debe escribir con humor, pero sin faltar el respeto a nadie.
Llega la muerte
La muerte es parte esencial de las calaveritas literarias, pues como en la vida misma, a todos nos llegará la hora en algún momento.
Final inesperado
Aquí es donde puedes dejar volar a tu imaginación hasta el infinito, pues una buena calaverita tiene un giro al final de su historia que cambia por completo su rumbo.
Normalmente, es aquí donde se refleja la burla hacia el pensamiento de que la muerte es el final del camino.
Escrito en rima
Ahora que ya tienes la historia, es hora de escribirla. Las calaveritas literarias están escritas en versos que terminan en rima.
Tradicionalmente sus versos son octosílabos y las estrofas se componen de cuatro a diez versos.
Ejemplo de calaverita literaria
A gusto estaba mi amiga Ortencia
comiendo tacos, caldo y tamal
Se la llevaron con gran urgencia
Porque en la panza le cayó mal.
“¡Qué gran apetito!” dijo La Muerte,
“Pero cuidado con combinar..
caldo de pollo y tacos del viernes.
Ahora la muerte te va a llevar”.
“Y este atolito ¿a quién se lo dejo?”
Dijo mi amiga a la Muerte
“A mí me gusta”, dijo perpleja
y para su suerte, se lo tomó.
Pero la Muerte ignora que Ortencia
pone licor en su atole a conciencia
y así la Muerte borracha quedó
y a la tumba nunca se la llevó.
Las calaveras de Día de Muertos: dulces artesanales
La calavera es un símbolo en nuestro Día de Muertos y la podemos ver reflejada sobre todo en la ofrenda, hecha de mil maneras.
Las hay de chocolate, mazapán, amaranto y las más famosas: de alfeñique.
Origen de las calaveritas de dulce
La razón por la que las calaveras se ponen en la ofrenda es el tzompantli, una práctica prehispánica que consistía en formar una hilera de cráneos perforados en el altar que se hacía en honor a los sacrificados.
Con la llegada de los españoles, esa costumbre cambió y los cráneos fueron reemplazados por pequeñas calaveras de dulce.
Calaveritas: dulces tradicionales de Día de Muertos
Las calaveritas de azúcar en realidad son de alfeñique, que es una masa hecha con azúcar, agua caliente, clara de huevo y limón.
Esta masa, llamada también chautle, se moldea y da forma de calavera. El chautle o alfeñique también da vida a otros dulces de Día de Muertos como las catrinas.
