Asociaciones antifranquistas se concentraron este sábado frente al monumento del Valle de los Caídos, donde estuvo enterrado el dictador español Francisco Franco, para reivindicar la reconversión" de este monumento del noroeste de Madrid en un "memorial democrático y antifascista”.
Cuando se cumplen 46 años de la muerte del general Franco (1892-1975), más de 70 personas se reunieron a la puerta del recinto de la abadía y basílica del Valle, donde están inhumados miles de víctimas de los dos bandos de la Guerra Civil (1936-1939).
Al mismo tiempo, decenas de simpatizantes de la dictadura entraban en el templo para conmemorar con una misa el aniversario de la muerte del militar, que gobernó España desde el final de la guerra hasta que murió, y de José Antonio Primo de Rivera, fundador del partido Falange, de inspiración fascista.
Según el presidente de la organización estatal Foro por la Memoria, Arturo Peinado, el objetivo de la concentración era reivindicar, tras haber conseguido que los restos de Franco ya no estén en el Valle, que se dé un paso más en la reconversión" del lugar, según dijo a EFE.
El presidente del Foro por la Memoria de la región de Madrid, Miguel Ángel Muga, opinó que, para que este sea un lugar de memoria democrática, tendría que "desacralizarse"; salir la comunidad de monjes benedictinos y los restos de José Antonio Primo de Rivera fusilado el 20 de noviembre de 1936 y enterrado en la basílica, así como retirar la gran cruz exterior que corona el templo.
A su juicio, "una misa en nombre del dictador es un acto de exaltación de la dictadura”; recordó “que está prohibido por la ley”, así que condenó que el Gobierno siga permitiéndolo.
También hoy están anunciadas otras dos manifestaciones antifascistas en la ciudad de Madrid.
El Congreso español tramita actualmente un proyecto legislativo de memoria democrática que prevé cambiar el nombre del Valle de los Caídos por el de Cuelgamuros, según una enmienda de los socialistas y los izquierdistas de Podemos, para convertirlo en un "lugar de memoria democrática".
El 24 de octubre de 2019, los restos de Franco fueron llevados del Valle a un cementerio de las afueras de Madrid. Fue una decisión del presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, avalada por la Justicia, aunque en medio de una gran polémica política, mediática y social.
