Luego de que ayer se diera la reapertura en los puentes internacionales entre México y Estados Unidos tras 20 meses de espera por la pandemia del COVID-19, hay que aclarar que la decisión siempre estuvo en las manos de las autoridades estadounidenses y hasta que no creyeron que era el tiempo conveniente fue como que se decidieron a abrirle las puertas del país a todos los mexicanos que acostumbradamente cruzan al país vecino para hacer cualquier tipo de compra y dejar el dinero mexicano al flujo económico de las barras y las estrellas.
Para ser exactos fueron 597 días los que las fronteras permanecieron cerradas como medida preventiva ante los contagios de Coronavirus y con ello Estados Unidos dejó de percibir millones y millones de dólares en las compras que los mexicanos hacían día a día y con incrementos considerables durante los fines de semana y fin de año.
Pero no se puede dejar de lado el tema del contagio y uno de los requisitos para poder cruzar es que los viajeros estén completamente vacunados y que muestren además una prueba reciente y por lo menos rápida que demuestre que no están contagiados.
Los Estados Unidos se protegen al cien por ciento de la gente que entra a su país y no están dispuestos a correr riesgos y quienes tiene el gusto de cruzar para visitar familiares o de viaje no esencial se tienen que ajustar a cumplir cabalmente con todos los requisitos habidos y por haber, pero nada le garantiza a México que no tendrá de este lado de la guarda raya un problema de contagios masivos considerando que al regreso los viajeros puedan venir contagiados. Los lugares turísticos tendrán demasiada gente y además allá se ha dejado de usar el cubrebocas.
Pero independientemente de todo, el camino a la normalidad parece que nada ni nadie podrá detenerlo, los contagios y muertes por el tema del Covid continúan, pero también el mundo necesita curar el tema económico, salir a la calle con las medidas preventivas e intentar vivir en medio de una pandemia que pese a sus amenazas todo tiene que caminar con normalidad .
Anaya en la mira
Uno de los objetivos de la federación es que ex candidato presidencial Ricardo Anaya termine con una orden de aprehensión por presunto soborno, pero para mala suerte de los comandados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador el caso es débil tomando en cuenta que no existen suficientes pruebas sólidas que lo puedan hundir.
Y es que se dice que la presunta versión que Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, aportó a autoridades de justicia en México en contra de Ricardo Anaya, a quien señaló de aceptar un soborno en 2014 no alcanzará para el objetivo que se tiene. Incluso sus colaboradores cercanos se han negado a respaldar sus palabras, lo que hace mucho más difícil la investigación de los fiscales.
Fue interesante saber que entre los testigos se encontraba la secretaria personal de Emilio Lozoya, quien, según él, corroboraría los datos de cómo Ricardo Anaya habría recibido un soborno del dinero aportado por Odebrecht para que diera su voto de aprobación a la reforma energética ajustada a los intereses de la empresa y la versión de Lozoya, que aportó la Fiscalía General de la República (FGR) sobre el caso Anaya, uno de los guardaespaldas del exfuncionario de Enrique Peña Nieto trasladó una bolsa deportiva negra con 6.8 millones de pesos en efectivo desde su oficina de Pemex hasta el estacionamiento del sótano del Congreso de México, donde esperaba Anaya, pero el acusado insiste que lo quieren hundir para que no participe en la contienda electoral del 2024.
