¡No se rompieron marcas¡
México, D.F. El Clásico Joven más adulto de todos los tiempos defraudó de forma colosal. La Máquina fue detenida por el villano de siempre, pero las Águilas tampoco volaron alto en el estadio Azteca.
Ni las 13 victorias consecutivas de Cruz Azul, ni los ocho triunfos en fila de las Águilas pudieron cumplirse. Todas las marcas que estaban en juego fueron destruidas, pero ningún bando pudo festejarlo en un partido para el olvido.
Sólo dos polémicos penaltis fueron los que adornaron el partido, pero todo quedó muy lejos de la expectativa. 1-1 final.
El show empezó, pero estuvo muy lejano a las altas expectativas. Las Águilas tomaron el balón de inmediato y quisieron herir al cuadro cementero, pero fueron muy imprecisas.
El ritmo del partido fue intenso. Con un pensamiento en neutralizar al rival, que en construir, esa fue la tónica en el primer lapso.
Los generadores de ambos equipos pasaron desapercibidos. Pedro Aquino y Álvaro Fidalgo por un lado, Luis Romo y Guillermo Fernández por el otro, tuvieron poco contacto con la redonda. Eso generó pocas oportunidades.
La polémica apareció. Roberto Alvarado trabó a Fidalgo de forma errónea. El Piojo detuvo la carrera del español con una falta, que de primera instancia no fue marcada por el árbitro Fernando Guerrero. El VAR intervino y el Cantante cambió su decisión. Penalti para las Águilas, sólo así pudo romperse la paridad.
Emanuel Aguilera tomó el balón con decisión y lo incrustó en la red. Así se rompieron tres rachas de jalón. Los 270 minutos sin gol de América en Clásico Joven, los 610 minutos sin recibir anotación de Cruz Azul como visitante y los 220 que juntó en las últimas fechas.
Tuvo que llegar otro penalti para el emparejamiento. Mauro Lainez cometió una mano dentro del área, el videoarbitraje lo vio, Jonathan Rodríguez cobró y no perdonó. El Cabecita no podía fallar ante uno de sus mejores clientes.
