El domingo se cumplen 15 años de la violación colectiva de la zona de tolerancia en Castaños
“Un rifle me apuntaba a la cabeza. Me golpearon mientras me violaba. Nunca se supera, siempre lo vas a recordar como si fuera ayer. No se te olvida. Gracias a Dios hemos salido adelante a base de trabajo”, es el aterrador relato de Brisa, oculta bajo una gorra azul, gafas negras y una mascarilla anti Covid. Brisa, nombre que oculta su verdadera identidad, es una de las 14 mujeres que fueron brutalmente violadas por 8 militares de un grupo de 20. Esta dantesca historia ocurrió el 11 de julio del 2006 en la zona de tolerancia del municipio de Castaños.
Víctimas
Después de 15 años de una agresión sexual que causó conmoción en todo el país, Brisa pone voz a su pesadilla diaria. “Parece que hubiera sido ayer”, dice Brisa junto a Sandra de Luna González, titular del Centro de Orientación y Protección a Víctimas de la Violencia Intrafamiliar (COPROVVI), para alertar de que la violencia de género continúa siendo uno de los principales problemas que enfrenta la sociedad.
En Coahuila, 6 de cada 10 mujeres son violentadas. De una población promedio de 177 000 mujeres, 70 000 sufren algún tipo de violencia: psicológica, física, económica, sexual o emocional. 191.7 mujeres son agredidas por día y una por hora, en la Región Centro.
COVID - 19
Durante la pandemia los casos de agresión a mujeres han aumentado en un 60 por ciento. “A nivel nacional las cifras de feminicidios también se dispararon, 11 mujeres mueren cada día a manos de su pareja”, manifiesta Sandra de Luna González.
De la violencia al feminicidio hay un paso. Con ese objetivo se crearon los refugios de atención a mujeres violentadas. En México operan 72 centros que atienden a un promedio de 60 mujeres y sus hijos. Uno de los refugios que maneja la COPROVVI se ubica en la Región Centro, donde actualmente son atendidas 8 mujeres.
De Luna González afirma que sólo el 17 por ciento de las mujeres víctimas de violencia denuncian a su agresor: “Esto sucede porque no tienen confianza en las instituciones públicas. Es necesario que se hagan modificaciones en la ley de acceso a una vida libre de violencia. Muchas de ella sufren el síndrome de indefensión aprendida o mujer maltratada. No tiene reacción a la violencia, prefieren quedarse con el agresor porque les aporta 200 pesos”, puntualiza.
Aterrador
El 11 de julio del 2006. Una fecha que quedó marcada en la historia de 14 mujeres que fueron brutalmente violadas por militares al interior de la zona de tolerancia en Castaños. Los elementos del Ejército utilizaron armas y otros objetos de vidrio, para perpetrar la agresión sexual.
Aquel día las víctimas empezaban su día de trabajo en el salón “El Pérsico”, cuando un grupo de al menos 20 militares, adjuntos al regimiento de caballería motorizada con sede en Muzquiz, Coahuila, temporalmente asignados a la custodia de boletas electorales en el comité distrital 3 del Instituto Federal Electoral (IFE) en Monclova, irrumpieron en el lugar. “Antes del hecho uno de los soldados fue vestido de civil al salón. Surgió un conflicto con los policías municipales que lo detuvieron, pero luego lo dejan libre. El militar le dice a su superior lo que pasó y regresan los soldados armados que desnudaron, violaron a las mujeres. Golpearon también a policías y civiles que se encontraban ahí”, manifiesta la titular del COPROVVI.
Por el hecho en el que Brisa fue víctima hace 15 años, fueron detenidos y procesados 8 elementos, 5 con una sentencia condenatoria de 41 años de prisión, 2 quedaron absueltos del delito y el subteniente del Ejército que dirigía el grupo Norberto Carlos Vargas se encuentra prófugo de la justicia.
“Se marcó un precedente en Latinoamérica porque nunca se había logrado una sentencia condenatoria contra elementos del ejército por un hecho contra civiles. Las víctimas del delito denunciaron. Una valentía y fortaleza que se reconoce. Hoy todas viven una vida plena”.
Pesadilla
Los rostros de quienes golpearon y vejaron a Brisa permanecen en su memoria. “Era un hombre alto, moreno quien aquella noche me violó y a mi compañera. A mí y a otra amiga nos sacaron afuera. Nos desnudaron y pegaron. Nos amenazaron de muerte”, rememora. El hombre que las agredió llevaba “sus manos impregnadas en gas pimienta. Fue horrible. Con sus manos nos tocó, nos ardía demasiado”, describe. Los primeros días, meses o hasta años “sientes paranoia. Veíamos solados y te daba miedo. Sus rostros me quedaron grabados. No soy Dios para perdonar. Hay resentimiento. No se olvida algo así. Sé que ellos están pagando adentro en la cárcel”, sentencia.
Quejas de acoso en Salud
Siete empleadas de la Secretaría de Salud esperan el resultado de la investigación interna abierta contra el doctor Jorge N, por acoso sexual, para determinar si formalizan una querella legal. El Centro de Justicia y Empoderamiento de la Mujer es la instancia legal correspondiente ante quien se debería de formalizar la querella por acoso sexual, que es un delito muy penado actualmente. Hasta hoy no han requerido el apoyo de esa autoridad. Marisol Guel, dirigente sindical, recuerda que la investigación sobre Jorge N, separado de su cargo de promoción a la salud, está pendiente de resolución. Las quejas se presentaron el 16 de junio.
