El grupo armado denominado Ejército Nacional Sirio que recibe apoyo de Turquía es responsable de graves violaciones de los derechos humanos en las áreas de Siria que controla, donde en los últimos seis meses se ha observado un aumento de casos de violencia sexual contra mujeres y niñas, según una Comisión de la ONU.
"Vemos que mujeres y niñas están siendo cada vez más blanco de violaciones en detención", dijo el jurista Hanny Megally, miembro de la comisión que investiga los crímenes ocurridos durante el conflicto armado en Siria por mandato de la ONU.
Los casos de violencia sexual se han identificado en relación con el autodenominado Ejército Nacional Sirio y, en menor medida, con otros grupos, y su objetivo sería atemorizar o intimidar a todo aquel que pueden percibir como en desacuerdo con sus ideas.
La Comisión de la ONU presentó hoy al Consejo de Derechos Humanos, que se reúne en Ginebra, su último informe sobre la situación en Siria, donde denuncia un marcado aumento de crímenes selectivos, como asesinatos, abusos sexuales, saqueos y apropiación ilegal de la propiedad privada.
Los comisionados sospechan que esos actos tienen un trasfondo sectario, como ha ocurrido a lo largo de la guerra civil siria.
Sobre la responsabilidad de Turquía, Megally recordó que este país respalda, financia y entrena al Ejército Nacional Sirio y que debería usar la gran influencia que ejerce sobre sus miembros para disuadirlos de violar los derechos humanos.
"No debe darles carta blanca para que cometan abusos contra los civiles, debe advertirles que habrá consecuencias si continúan. Es en este sentido que nos gustaría que (Turquía) tome una posición mas fuerte", explicó.
Por otra parte, Megally dijo que no podía aseverar que la violación de mujeres se ha convertido en un "arma de guerra", pero afirmó que todas las partes que intervienen en el conflicto sirio están cometiendo crímenes muy graves, en algunos casos que pueden llegar a ser crímenes contra la humanidad y de guerra.
Es el caso de recientes casos de desapariciones forzadas, torturas y muertes en custodia cometidos por el Ejército sirio, mientras que al rebelde Ejército Nacional Sirio se le acusa de toma de rehenes con el objetivo de obtener rescates, así como de torturas y violaciones.
A la economía en ruinas que ha dejado una década de conflicto en Siria se suman las consecuencias de la pandemia de COVID y de las sanciones internacionales que tienen impacto en la población.
"Estamos muy preocupados, esto está aumentando la miseria en la que viven los sirios", comentó el comisionado.
Según las cifras más actualizadas que maneja la ONU, 9,3 millones de sirios (más de la mitad de la población) dependen de la asistencia humanitaria para sobrevivir.
"Entendemos que los sirios en general quieren librarse de un régimen opresor y pueden ver las sanciones como una manera de lograrlo, pero nos preocupa el sufrimiento de la población. Esto no debe ser el precio a pagar para que el régimen caiga", reflexionó Megally.
