Varias organizaciones humanitarias urgieron hoy a Grecia y a sus socios de la Unión Europea a aplicar medidas inmediatas para evitar una tragedia en el campo de refugiados de Moria, en Lesbos, donde ha sido detectado el primer caso de COVID-19.
"Sin una intervención inmediata y drástica" el campo, donde viven hacinadas más de 12.000 personas sin apenas acceso a agua, vivirá una "devastadora crisis sanitaria" que podría causar la "muerte de cientos de personas ya de por si debilitadas", señaló Evelien van Roemburg, gerente de la campaña de migración de Oxfam en Europa, en un comunicado conjunto con el Consejo Griego para los Refugiados.
La situación actual es el producto de gobiernos que han ignorado durante años las advertencias sobre las peligrosas condiciones en los campos y en su lugar han empeorado sus "inhumanas" políticas migratorias, añadió.
Para Natalia-Rafaella Kafkutsu, experta en derecho de refugiados del Consejo Griego para los Refugiados, el principal problema radica en que el plan de emergencia diseñado para las islas se centra fundamentalmente en restringir el movimiento de las personas que viven en los campos en lugar de mejorar la prevención y la respuesta.
"Para salvar vidas las autoridades no deberían esperar a una propagación masiva del coronavirus en los campos superpoblados de las islas, sino hacer pruebas de COVID-19 a todos sus residentes. Las personas que den positivo deben ser aisladas inmediatamente en instalaciones adecuadas", añadió.
Kafktsu apeló al Gobierno y a la Unión Europea a trasladar inmediatamente a todos los residentes del campo a lugares adecuados, tanto en el continente griego como en el resto de los países de la Unión Europea.
El Gobierno puso este miércoles todo el campo en cuarentena por un plazo de 14 días tras la aparición del primer caso de coronavirus en un somalí de 40 años.
El hombre, que según los medios tiene enfermedades previas y presentaba síntomas, fue trasladado al hospital de Mitilene.
Equipos de la Organización Nacional de Salud Pública (EODY) se han desplazado al lugar para comenzar a rastrear sus contactos.
El somalí había obtenido en enero pasado el estatus de refugiado y el pasado 17 de julio se había mudado en Atenas para buscar trabajo, pero regresó al campo tras no encontrar ocupación, algo que el ministerio de Migración calificó de acto "ilegal".
El hombre vivía en una tienda de campaña en el campo exterior de Moria, que consta de una parte organizada y una, mucho mayor, repleta de carpas improvisadas.
Las autoridades de momento no saben si el contagio se produjo en el campo de Moria o en Atenas.
Hasta ahora en Lesbos solo se habían registrado algunas decenas de casos entre migrantes y refugiados recién llegados a las costas del norte de la isla, que inmediatamente fueron puestos en cuarentena antes de ser trasladados a Moria.
En cuanto al resto de las islas, se trata del segundo contagio en un campo superpoblado.
El primero se registró el pasado 13 de agosto en el campo de Vial, en la isla de Quíos, donde un yemení de 35 años, que vivía desde septiembre pasado en un contenedor junto a treinta persona, dio positivo.
Grecia ha registrado ya decenas de casos de coronavirus entre la población refugiada en los campos del continente, mucho mejor organizados y menos poblados, sin que por ahora se haya producido una propagación descontrolada.
Según los datos oficiales, desde el comienzo de la pandemia han sido confirmados 10,524 casos de COVID-19 -más de la mitad tan solo en agosto-, y 271 fallecimientos.
