Nunca imaginamos que Magdalena de Suecia, una de las princesas más discretas, se haya convertido en el objeto de deseo de Jeffrey Epstein, uno de los hombres más perseguidos por la ley por delitos como tráfico sexual de menores. Esta sorprendente revelación se dio a conocer en el libro "Sexo, mentiras y dinero sucio de la poderosa élite del mundo", escrito por Ian Halperin, quien se dedicó a recoger declaraciones de presuntas víctimas y amantes del millonario fallecido.
La hija menor del rey Carlos XVI Gustavo y la reina Silvia de Suecia se convirtió en la obsesión del delincuente sexual, relacionado con personas poderosas y millonarias de todo el mundo, como el duque de York, quien también enfrenta una acusación por abuso contra una menor.
El encuentro entre Magdalena de Suecia y Jeffrey Epstein se dio en un evento solidario, de acuerdo con el libro, en Nueva York, donde vivía la joven royal tras una dolorosa ruptura amorosa con su expareja, Jonas Bergström. "Conoció a Magdalena y a su madre en un evento solidario y se obsesionó con ella. Decía que era la royal más sexy del mundo.
Estaba obsesionado con ella", asegura el autor. Aunque no existe ninguna prueba de que la familia real de Suecia haya tenido alguna relación con el pederasta fallecido, tampoco se sabe que la princesa y él se hayan encontrado en otra ocasión.
Sin embargo, aunque el libro también retoma la relación de Epstein con otros miembros de la realeza, como el príncipe Andrés y Alberto de Mónaco, no menciona a la princesa Mette-Marit, esposa del príncipe heredero Haakon de Noruega, quienes, incluso, lamentaron haber tenido algunos encuentros con el delincuente sexual sin siquiera imaginar la persona que tenían enfrente.
Fue en diciembre del año pasado cuando el diario "VG" reveló que Mette-Marit tuvo algunos encuentros con el pederasta Jeffrey Epstein durante dos años. Ante este escándalo, la futura reina consorte de Noruega se vio obligada a enviar un comunicado para aclarar estos hechos, pues es sabido que la relación de amistad del exconvicto con el hijo de la reina Isabel II ha provocado los peores problemas en los últimos años.
En cuanto a la casa real de Suecia, ni se han molestado en confirmar o desmentir lo que el libro ha revelado, pues ese encuentro fue casual y sin ninguna trascendencia aparente.
