En medio de la pandemia, la galería Le Laboratoire retoma su colectiva de fin de año, y desde el 8 de diciembre, previa cita y con todas las medidas sanitarias, el público puede programar una visita para ver "Ínsula", una colectiva que, por obvias razones, se sale de todos los modelos anteriores.
"Ínsula" apela desde su nombre a lo cerebral, lo cerebral como emoción y activación, dice el director de la galería Julien Cuisset. También establece vínculos entre arte y ciencia, retoma estudios y conceptos que relacionan las reacciones del cerebro a la estética, a la obra de arte.
Cuisset sustenta el momento de esta exposición y sus obras en el pensamiento del neurólogo Pierre Lemarquis, sobre los vínculos entre el cerebro y el arte.
Recuerda que hace unas semanas el científico dijo en entrevista al periódico "Le Monde": "El cerebro tiene dos funciones. Nos permite seguir vivos y nos da ganas de vivir. Estos dos sistemas son complementarios y necesarios. Una computadora nunca podrá reemplazarlo. Una obra de arte aborda ambas facultades de nuestro cerebro. Ella lo esculpe, mostrándole lo que no sabe. Ella lo acaricia, dándole placer y recompensa. Este fenómeno ha sido ampliamente estudiado en la música, y hemos demostrado que también opera en el campo de las artes visuales".
Para el director de la galería una exposición como ésta abre las puertas para estar experimentando. Ha sido un año de muchas lecturas, cuenta el galerista, y de elegir generar y presentar contenidos muy precisos; 2020 culmina con esta exposición que presenta trabajos de artistas del grupo de la galería, de otros dos invitados, y que contiene obras que, por una parte se hicieron en medio del confinamiento y, por otro, piezas seleccionadas por el director con los artistas para abrir con ellas lecturas, detonar pensamientos acerca de lo que este momento significa, sugiere, implica.
La exposición contiene obras de Georgina Bringas, Tomas Casademunt, Gabriela Gutiérrez Ovalle, Ilan Lieberman, César Martínez Silva, Mario Núñez, Michael Nyman, Roberto Rébora, Manuel Rocha Iturbide, Enrique Rosas, Roberto Turnbull, Guillermo Santamarina y Julien Devaux. Salvo los dos últimos, los demás son artistas que ya trabajan con Le Laboratoire. Hasta el 30 enero se podrá visitar, con cita previa.
Una obra muy personal, ligada por completo a pandemia es la de César Martínez Silva, quien creó "El más incomprendido", un corazón de silicona de platino, con sensores y circuitos electrónico y una bomba de vacío, una pieza que se activa e ilumina. Martínez estuvo contagiado de Covid-19 al igual que su familia. En el texto de sala, el artista expresa: "En estos momentos de cambios tan bruscos trato de pensar con mi ‘celebro’ corazón. Que podamos compartir este momento de asombro, es una fortuna. Para que esta bomba anímica y entusiasta pueda latir y llenarse de luz, se necesita que usted esté presente. En la alabanza y gratitud, en el diástole y sístole, entre el sí y el ahora, entre el día y la noche o la luz y la sombra, están la vida y la muerte.
Este Yólotl es un respiro hondo e iluminado y está inspirado por todas las moléculas de aire que compartimos, las que nos permiten alumbrar el camino hacia adelante. La corazón de todo esto es porque quiero crear otro motor, un marcapasos externo que genere un resplandor que venga y se vaya, y que funcione a la vez como un testimonio de que seguimos sorprendidos".
Roberto Rébora creó durante este tiempo varias pinturas, una se llama "Señora Pandemia". De sus trabajos en la exposición escribe: "A esos dibujos los he llamado Papeles del Confinamiento.
Dibujaba lo que veía sobre la superficie del papel en el primer trazo; al segundo impulso, ya era extravío. Alegría, el acto del trazo en imagen. El color y el humor en esas imágenes son reflejo de la vivencia de la clausura. Parodia, extraña 'postnormalidad', amanecer cual domingo en miércoles. Hacia el cuarto mes, regresé a mi taller. Gustoso, animado, pero muy preocupado, trabajando en extremo".
También Ilan Lieberman hizo unos dibujos pandémicos, cuenta el director.
Las obras que expone Gabriela Gutiérrez son parte de la serie Genealogías, y en ellas la artista hace un trabajo a partir de elementos personales y objetos encontrados, y crea un diálogo a través de "tótemes" para remitir a conceptos como memoria, identidad, reinterpretación.
Guillermo Santamarina presenta una escultura conceptual y también un performance de una marioneta que declamó unos textos.
Al referirse a los artistas y cómo han vivido este momento, el director dice que a pesar de todo, están muy abiertos al mundo, y que todos han estado trabajado. "Los artistas son más creativos en la adversidad, en los momentos críticos. Están confinados, hay una preocupación sanitaria, económica en algunos casos, están trabajando muy globalmente... De pronto hay cortes; cambian de técnicas, de formatos, y a partir de eso florecen, nacen obras, series que no tenían contempladas hace meses".
Julien cita a Lemarquis: "En este período de encierro en particular, el cerebro recibe bien la información, pero de forma atenuada como en una comunicación a distancia (¡o en caso de distanciamiento social!). Tienes que confiar en tu imaginación y tus recuerdos para que surjan nuevas historias, para que un nuevo 'Decameron' emerja del confinamiento, como durante la Peste Negra en Florencia alrededor de 1350".
La exposición estará abierta, bajo previa cita, respetando las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias. Calle Vicente Suárez 69 - 2, Condesa, tel: 55 5256 4360, [email protected], www.lelaboratoire.mx
