La relación del mandatario con la prensa no se debe envenenar con insidias ni con amenazas, dice.
Para el senador de la República Germán Martínez Cázares, la relación presidencial con la prensa no se debe envenenar con insidias ni con amenazas ni con controles autoritarios ni con periodistas disfrazados.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el legislador de Morena y exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) asegura que cree en el debate fuerte, pues si se critica al jefe de Estado eso es sinónimo de salud democrática, no de un presidente débil.
"A mí no me gusta vivir en un país uniformado y de una sola voz; tampoco quiero vivir en un país de silencio, quiero vivir en un país de armonía plural, donde se oiga la voz del presidente y se escuche la voz de los críticos", ataja.
El michoacano sostiene que en el gobierno de la Cuarta Transformación sí hay libertad de expresión, pero que ésta se toma y se ejerce.
Advierte que el Presidente tiene derecho a defender sus políticas públicas abiertamente y quienes no están de acuerdo también pueden criticarlas, por lo que considera que las mañaneras son un buen lugar para rendir cuentas, pero no le gusta que las conferencias se conviertan en un "teatro de señalamiento, de censura".
