Necesidades económicas
Sin duda, la pandemia provocó un fuerte impacto en la economía y prueba de ello es la expectativa dada a conocer esta semana por la CEPAL en la que el panorama es crudo.
De acuerdo con lo analizado, se prevé que América Latina sufra una contracción regional promedio de 7.7 %, aunque para México la caída se amplía hasta un 9 % en este 2020.
Alicia Bárcena, quien encabeza la CEPAL, ha sido clara al señalar que la recuperación está llena de “incertidumbre”, en tono con las principales agencias internacionales. En el caso de nuestro país, se prevé un rebote de apenas 3.8 % para el año que viene.
Estos resultados, a nivel general, se dan tras el confinamiento, el cierre de actividades no esenciales y las medidas de distanciamiento social provocadas por el Covid-19, lo cual generó contracciones en la demanda de bienes y servicios y por lo tanto, de la producción.
La respuesta de muchas naciones fue el aplicar estímulos que permitieran a las empresas seguir operando o al menos mantenerse estables, pudiendo conservarse fuentes de trabajo. Sin embargo, en el caso de México, éstos han sido prácticamente inexistentes, ya que el gobierno federal sí ha destinado apoyos, pero directamente a sectores más específicos de la sociedad.
Cabe destacar aquí que la economía mexicana ya atravesaba un periodo difícil, marcado por años de reformas estructurales, incremento en las desigualdades sociales y una reciente guerra declarada al sistema neoliberal. Aunado a esto, la llamada Cuarta Transformación no ha terminado de establecer su idea de régimen económico ni ha dado pasos de impacto significativo.
Ante esto, los pronósticos más pesimistas esperan que nuestro país cierre el 2020 con la pérdida de al menos 10,000 empresas formales y en ese sentido, con 700,000 empleos menos.
No obstante, estos “pronosticadores de la tragedia” también tienen recomendaciones elaboradas y han resaltado puntos a favor que podrían atenuar los efectos del coronavirus.
Así, han subrayado el gran apoyo que significa el debilitamiento del dólar norteamericano para el tipo de cambio ante las incertidumbres en el país vecino, la llegada extraordinaria de remesas y el flujo de divisas por concepto de actividades turísticas.
¿La mala noticia? Que un país no sobrevive únicamente por la actividad proveniente del exterior, especialmente en un entorno donde la demanda interna es débil.
¿Qué debe hacer entonces el gobierno federal? Los especialistas concuerdan en que es necesario establecer un gasto público inteligente, incrementar los financiamientos para las pymes, implementar políticas económicas flexibles y enfocadas al empleo, pugnar por una recuperación económica generalizada de la inversión y luchar contra la desigualdad velando por la equidad de derechos.
La receta no es sencilla, pero es simple, y en tiempos donde están por concretarse cambios en el gabinete económico federal, por el bien de México, atender estas necesidades debe ser apremiante. ¿O usted qué opina?
Macroeditor Web
@afchavezfelix
