Giovanni
“Nunca pensé que por un cubrebocas iban a matar a mi hermano.”
-Christian López.
Tal parece que a los mexicanos no nos gusta quedarnos atrás en ninguno de los campos, sea bueno o sea malo.
En esta ocasión, Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, fue quien hizo voltear los reflectores de todo el país hacia ellos.
Y es que hace más de un mes se dio a conocer el caso de Giovanni López, un albañil de 30 años que murió presuntamente de traumatismo craneoencefálico a manos de policías municipales.
La causa: no llevar el cubrebocas puesto.
Sería para muchos el George Floyd mexicano; un arresto sin fundamento cargado de negligencia y abuso de la fuerza contra un ciudadano, que termina lamentablemente en la muerte del mismo.
Y es que a pesar de que los hechos ocurrieron hace ya más de un mes, las protestas se hicieron presentes apenas la semana pasada.
Esto, además de generar otra oleada de arrestos y abusos por parte de la policía, pero también debemos decir de disturbios por parte de los manifestantes, terminó presionando al gobierno del estado para detener a tres policías que participaron en la detención de Giovanni.
El Gobernador del Estado de Jalisco, Enrique Alfaro ha tomado una postura bastante particular sobre el caso, llegando a culpar al gobierno federal de las manifestaciones que se han suscitado a raíz de la agresión.
Sin embargo, claro le quedaba que debía actuar y actuar pronto, lo cual hizo.
Los ánimos tenían qué bajar de alguna u otra forma y la detención de estos elementos policiacos al parecer ha dado resultados.
Y es que después de las medidas de prevención tan restrictivas que Jalisco impuso a los ciudadanos, algo tenía que salir mal. Las sanciones iban desde una multa, hasta la detención por no usar el cubrebocas, el hecho es que en este caso no fue ni una ni otra, sino que terminó en asesinato.
Al día de hoy, la CNDH ha tomado cartas sobre el asunto y viene a ejercer aún más presión sobre Jalisco.
Esto luego de que dicha comisión volteara a ver el caso con el argumento de que se trata de presuntas violaciones a los derechos humanos que trascienden a la opinión pública nacional.
Y vaya que trascienden.
El caso es que no es la primera vez que la fuerza policial abusa de su posición y se le pasa la mano. En México estos casos desafortunadamente se dan más seguido de lo que nos gustaría saber. Sin embargo, pocas veces se ventilan tanto como el caso de Giovanni.
Las marchas y protestas son totalmente válidas, pero también deben hacerse con respeto y sobre todo con responsabilidad.
La voz del mexicano debe escucharse, sólo recordemos que no debemos caer en las mismas atrocidades que algunos representantes de la autoridad cometen.
De nada sirve generar disturbios, más que para ocasionar más detenciones; como dicen ‘la violencia, sólo genera más violencia’.
¿O usted qué opina?
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