Bután, que con 113 casos de COVID-19 es el país menos afectado por la pandemia del coronavirus del sur de Asia, impuso hoy su primer confinamiento nacional por el caso de una joven que dio positivo tras completar su cuarentena y estuvo en contacto con decenas de personas.
"Este confinamiento sin precedentes ha sido impuesto para identificar y confinar a todos los casos, y romper inmediatamente la cadena de transmisión", dijo la oficina del primer ministro butanés, Lotay Tshering, en un comunicado.
El confinamiento incluye restricciones al movimiento de personas y vehículos entre distritos.
El Gobierno ha pedido además a los ciudadanos butaneses que "se quede en sus casas para protegerse a sí mismos y sus familias de la enfermedad, en el caso de que haya infecciones sin detectar y generalizadas".
La decisión gubernamental llega después de que una mujer de 27 años que regresó a Bután desde Kuwait a finales de junio diese positivo por coronavirus en la ciudad de Gelephu, tras haber entrado en contacto con decenas de personas, a pesar de que estuvo un mes bajo cuarentena institucional.
Bután detectó el primer caso de COVID-19 el 6 de marzo, cuando un turista estadounidense entró al país desde la India, y desde entonces el número de positivos ha aumentado hasta los 113, según el Ministerio de Sanidad butanés.
Ninguna persona ha fallecido a causa del coronavirus en este país situado entre la India y China, que apenas cuenta con cerca de 800.000 habitantes.
El bajo número de casos en relación con su población, menor que vecinos como la India o Bangladesh, ha sido atribuido al énfasis en rastrear contactos y realizar pruebas por parte de las autoridades.
Bután también introdujo en marzo varias restricciones para frenar el avance del virus, como el cierre de fronteras y escuelas.
