DOLORES GUERRERO/REPORTERADesde 1985, durante el Terremoto de la Ciudad de México creó este grupo que se escurre entre las ranuras más pequeñas de edificios colapsados, por eso son conocidos como “Topos”
Un trabajador voluntario es parte de la sociedad, pero no es héroe; “nosotros que tenemos conciencia, que sabemos que moriremos un día, decimos bueno muere de manera digna, nosotros asumimos el rol de trabajadores voluntarios”, explica Héctor “El Chino” Méndez.
El entusiasmo, la jovialidad las palabras parecen no acabar nunca en lo que más le apasiona que es el ser brigadista voluntario, explicó que, aunque muchos hacen su trabajo al interior de una empresa privada, el trabajo de los voluntarios no debe esperar ni las gracias.
Un voluntario debe llegar con la intención de ayudar, no ha que le gratifiquen, “no esperes que te traten como tu mamá que te abraza y te apapache o en el kínder, donde te ponen una estrellita en la frente, eso no va a suceder”.
Relató que desde 1985 que nace el “Grupo Topos Azteca”, ha tenido la oportunidad de viajar por todo el mundo haciendo trabajos de rescate, de ayuda y dar apoyo, así ha podido conocer países como Haití, Japón, Nepal, “he colaborado con gente de todas las religiones y razas y muchas lenguas”.
En los 5 continentes se hablan idiomas bien diferentes, en algunos las lenguas, indoeuropeas, germánicas, chinas, coreanas y japonesas, sin embargo, donde han andado se tienes que hacer entender.
Hay países donde la religión prohíbe el tocar cadáveres, “pero cuando estás ateniendo una emergencia todas esas limitantes y diferencias se borran, porque cuando ayudas no piensas en lenguas, género, religión o costumbres, sino ayudar a salvar vidas,” dijo el Chino Méndez.
Añadió que ha trabajado en tragedias que causaron los Huracanes Katrina, el Terremoto de Haití, deslaves en Washington, en este país he tenido la oportunidad de colaborar 6 veces en diferentes eventos.
Respecto a la tragedia de Pasta de Conchos, dijo que tuvo la oportunidad de reunirse en este lugar, pues estaba en Piedras Negras, “creo que no hubo sobrevivientes, no quedaron más que imágenes pues la explosión de ese tipo sólo queda muy poco, el rescate es una falacia, porque cuando lleguen al lugar, los cuerpos deben estar integrados con el material”.
Sin embargo, dijo que los familiares tienen derecho a pedir que se rescate a sus parientes atrapados, pero de ahí a que encuentren restos será muy difícil por el tipo de explosión que se dio, afirmó el brigadista.
“Lo que yo veo en la mina de Pasta de Conchos ahí están, y si la mina está cerrada, ese es su sepulcro, ahí se les rinde homenaje” y aseguró que la Virgen de Guadalupe que hay en la entrada la llevó él pues se la regaló Guillermo Schulenburg, los mineros deben estar en la memoria y en el corazón, pero habrá poco que rescatar”; concluyó.
