Una fiesta de navidad en ocasiones termina en exceso de comida, de bebida, en la perdida de la conciencia, en el despilfarro, a veces en situaciones incomodas con los miembros de una familia porque al calor de las copas salen las emociones, dijo Eduardo NeriFRANCISCO GARCÍA/REPORTERO
“Si reducimos la navidad a un encuentro por más bonito que sea de familia, a un intercambio de sentimientos, de emociones que se expresa a través de la alegría, de los regalos, de la cena, luces, música y abrazos, entonces no hemos entendido lo que significa la navidad”, dijo el padre Eduardo Neri Frías en su homilía en Parroquia Santiago Apóstol.
“Por eso es importante en el último domingo de adviento que frente a este misterio de fe, frente a este varón justo tu y yo también ante la invitación que nos hace el señor de recibir al otro como parte nuestra, de recibir al hermano, de recibir la realidad que vivimos como parte de nuestra propia vida. Ser cristiano es aprender a vivir la vida de Jesús, aprender a vivir la vida como lo vivió María, José”.
De la navidad, no hemos entendido que acoger en nuestra vida a Jesús como a María y a José seguramente también implicaría transformarnos y cambiar nuestra vida, se vería reflejada, transformada en una nueva manera de vivirla, más solidaria, mas fraterna, más justa, mas autentica, más congruente, menos superflua, menos mirada por la vanidad, por la soberbia, por la envidia, la avaricia, por egoísmo.
Estaríamos atentos a descubrir esta presencia del señor y estaríamos dispuestos a correr los riesgos que implica cambiar en ocasiones hasta usos y costumbres por más buenos o bonitos aparentemente que sean, tendríamos que dejar atrás cosas que nosotros sabemos que no le agradan a Dios, incluso, que nos hace de verdad cuestionarnos en la fe misma, señaló el padre Eduardo Neri en misa de 7 de la mañana ante unos 60 feligreses.
Puso como ejemplo una fiesta de navidad que en ocasiones termina en exceso de comida, de bebida, en la perdida de la conciencia, en el despilfarro, a veces en situaciones incomodas o con los miembros de una familia porque al calor de las copas salen las emociones, se expresan sentimientos guardados que no se habían dialogado oportunamente, y atreves de ahí la gula, la envidia, la soberbia, el resentimiento mismo.
Y aquello que comenzó como una buena intención se convirtió en algo desagradable porque así nos hemos acostumbrado a ser, porque creemos que así debe ser cuando el señor desde su palabra nos dice, cual es el sentido celebrar su nacimiento.
“Entonces démosle ese sentido a la navidad que tiene que ver con aceptar a Dios en nuestra vida, aceptar su voluntad y nosotros responder, cambiando lo que tenemos que cambiar, o modificar nuestras propias conductas”, concluyó.
