DOLORES GUERRERO/REPORTERAMiles de familias acudieron a visitar a sus pequeños que se adelantaron en el camino, recordando muchos de sus momentos en vida
Siguiendo un legado de amor hacia sus angelitos que prematuramente partieron del mundo terrenal, cientos de padres de familia acudieron ayer al panteón a recordar a sus hijos que recuerdan año con año en el Día de todos los Santos.
Desde temprana hora, la señora Edna Rodríguez recuerda desde hace 10 años a “La beba”, su hija, “separarme de ella fue muy doloroso, su pérdida me cambió de la noche a la mañana”.
“Ella nos dejó un legado de amor, era muy ocurrente y guardaba muchos secretos con los sobrios, era una niña muy querida por todos, por sus tíos, por sus padres que somos nosotros, Edna Berenice era nuestro motor, perder a un hijo es un dolor que llevas toda la vida”.
Finalizó diciendo que el dolor de perder un hijo, no se le desea ni al peor enemigo, es algo que nunca superas, que te cambia la vida y el pesar lo lleva por siempre en el corazón.
Por su parte Manuel Fuente, visita la tumba donde está su esposa Romelia Ríos y su hija Teresita, quienes yacen en la misma tumba.
De pocas palabras, pero con mucho sentimiento don Manuel, afirmó que año con año viene y adorna la tumba donde yace su esposa, “con mucho cariño las recordamos, las tenemos siempre en la mente, las recordamos con amor y respeto y eso es lo que prevalece”.
Acompañado de una de sus hijas, dijo que, para él y su familia, el llevarles una veladora, sus flores, alguna ofrenda y agua es de suma importancia, nada nos cuesta traerles una ofrenda por el mucho amor que nos regalaron en vida, recalcó Don Manuel.
Mientras que los familiares de cinco niños de 7 y 8 años de edad atropellados el 23 de julio de 1959 como cada año acudieron a sus tumbas en el panteón Guadalupe a dejarles flores, agua y los dulces que más les gustaban desde muy temprana hora. Las pequeñas lápidas, unidas con un lazo con papel picado, donde yacen los pequeños María de la Luz Ibarra, de 8 años de edad; Juanita Vélez, de 7 años de edad; Ramoncita Treviño García, de 7 años de edad; José Manuel Treviño, de 7 años de edad y Ramiro Campos, de 7 años de edad es de sobra conocida por los trabajadores del panteón municipal.
Estos aseguran que cuando suenan las 12 campanadas en la media noche, sus pequeñas almas salen de sus tumbas a jugar, y hasta aseguraron que han escuchado sus risas y visto sus siluetas mientras se divierten en el camposanto, reveló Raúl Ortiz Ramos, trabajador del lugar.
GLOBOS, FLORES Y JUGUETES PARA LOS NIÑOS DIFUNTOSAnte la celebración de todos los santos, fiesta donde se recuerdan a los niños que sufrieron una muerte prematura, son globos, juguetes, dulces y flores lo que prevalece en las pequeñas tumbas.
Pequeñas bicicletas, muñecos de peluche, ángeles pintados en sus coloridas tumbas, es como los padres acuden a recordar a un hijo que se fue.
Para este viernes, que es el Día de los fieles difuntos, se espera una afluencia superior a los 35 mil visitantes en el Panteón Guadalupe, mientras que en el Panteón de Estancias se espera poco más de 20 mil personas.
