“Déjense reconciliar por dios en este tiempo de cuaresma”, fue el llamado que hizo el sacerdote a los fieles católicos durante la homilía de la misa dominical; tras manifestar que la rebeldía hace que nos aparatemos del señor.
Con respecto a la carta de San Pablo los Corintios, del mensaje transmitido a los feligreses a través de la reconciliación dice que las personas somo embajadores de Cristo.
“Esas mismas palabras cuando nos llama a la reconciliación es porque necesitamos nosotros distinguir toda nuestra vida que siempre será un proceso constante de cambio” señaló.
Refirió que todos en alguna etapa de nuestra vida hemos sido como el “Hijo Menor” el “Hijo” Pródigo”; un joven por su edad es una persona inmadura, carente de conocimientos, una persona que si la alcanzamos a descubrir no ha valorado muchas cosas.
“Cuantos de nosotros no hemos tomado actitudes del hijo de menor, por seguir nuestros propios criterios, por nuestra inmadurez, nuestra rebeldía también decidimos apartarnos muchas veces de casa” dijo.
Todos en algún momento de la vida fuimos ese hijo rebelde, dijo el celebrante; de alguna otra manera se desobedece a padres, una de las cosas que se deben tomar con importancia es que también nos hemos aparatado de dios.
“La rebeldía nos lleva a cometer cierto tipo de pecados, lo único que lleva al vacío mismo que llevo al “Hijo Prodigo”, experimentar la misma soledad y tristeza. Dios no castiga pero si reprende en ese sentido a consecuencia de pecado, son las que muchas veces nos hace tragar ese sufrimiento y amargura, endurece corazón y nos hace a apartarnos de dios” sostuvo.
Señaló que de antemano saben que tienen cosas que cambiar, pero por el orgullo no quieren entrar en misericordia de dios, no quieren ser abrazados por dios, sin querer reconciliarse.
Para San Pablo es una emoción porque para nosotros no es una emoción el reconciliarnos con dios, reconciliarnos con el hermano, dejarnos apapachar por Jesús.
De esta manera durante la eucaristía del domingo; invitó a los feligreses a analizar su situación personal, sentir consuelo de padre misericordioso.
“Todos somos “Hijos Prodigos”, necesitamos de una vida nueva, del fruto de una nueva tierra, porque no emocionarnos al hablar de la reconciliación, no la veamos como dios nos va regañar si me confieso, la reconciliación es dejarse abrazar por dios, dando paso a una vida nueva, déjense reconciliar por dios”, concluyó.
