OLGA OSORIA/REPORTERA
CASTAÑOS, COAH. - Entre llanto y dolor, familiares y amigos dieron el último adiós al conocido comerciante de carnitas, José Ángel Olivos, quien pereció víctima de traumatismo craneoencefálico severo y profundo a consecuencia de los golpes que recibió presuntamente de personas que robaron su camioneta Cherokee blanca el pasado lunes 01 de junio; su cuerpo fue cremado.
La mañana de ayer, el cortejo fúnebre paralizó por unos minutos la calle Hidalgo en la Zona Centro para arribar a la Parroquia de Nuestra Señora del Buen Suceso en donde el Presbítero Marco Antonio Medina Molina, dirigió la misa de cuerpo presente.
Exhortó a los presentes rogar a Dios por el alma de José Ángel, “Dale a nuestro hermano la vida eterna… Vale la pena estar preparados, vernos como hermanos. Hoy oramos por nuestro hermano José Ángel, que a la familia le de fortaleza y algún día puedan estar con él en el cielo”.
Ante el morbo que se generó, aconsejó a los deudos no hacer caso de noticias “Sólo Dios sabe la clase de persona que era… Lo que nos toca hacer hoy es pedir para que su alma llegue al cielo… Jesús dijo, Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá.
En la oración, el Sacerdote dijo, “Señor, acuérdate de tu hijo José Ángel, que no reciba castigo, pues intentó hacer tu voluntad mientras vivía, así como la vida será a tu lado para los fieles, así será tu misericordia por Cristo Nuestro Señor, Amén”.
Invitó a pedir a Dios con toda confianza que el cuerpo de José Ángel resucite en el último día con la perfección y poderes de los santos, que su alma pueda sumarse desde ahora a los santos y fieles. “Pidamos para que Dios tenga misericordia de él en el juicio rescatado de la muerte, pagado todas sus deudas, reconciliado con el Padre y llevado a los ojos del Buen Pastor y gozar del séquito del Rey Eterno”.
Al término de la misa de cuerpo presente, los familiares y amigos de José Ángel caminaron tras la carroza que trasladaba el cuerpo que sería incinerado.
