EL TIEMPO
Gran zafarrancho causó un ebrio jovencito la madrugada de ayer cuando fue detenido al impactar su vehículo contra un domicilio en las calles de la colonia El Pueblo, cuando intentó escapar de los elementos de la Policía Investigadora, quienes recorrían las calles del sector en operativo de vigilancia.
Trascendió que éste, al ser asegurado, comenzó a golpearse contra los cristales de la unidad policiaca, para luego ser pasado a la parte trasera donde intentó bajarse en varias ocasiones, siendo sometido y trasladado finalmente hasta la Comandancia, donde nuevamente intentó darse a la fuga corriendo aún esposado, por lo largo de la calle Pílila, siendo alcanzado a la altura del Museo El Polvorín, tras lo cual fue puesto tras las rejas bajo restricción.
Los hechos ocurrieron cuando los agentes de la Fiscalía del Estado recorrían las calles del Sector El Pueblo como rondín de vigilancia, siendo a la altura de la calle Cuauhtémoc y la calle La Paz donde estos observaran un vehículo Chevrolet tipo Cavalier color rojo, el cual aceleró al paso de las unidades, llamando la atención de los agentes, quienes de inmediato el marcaron el alto, siendo entonces cuando éste término por impactarse contra un domicilio, siendo rodeado por los agentes, quienes de inmediato hicieron descender a sus tripulantes.
Debido al impacto, el copiloto terminó con varios golpes, por lo que fue revisado por paramédicos de Cruz Roja, mientras que el conductor identificado como Juan Pablo Castro Quintanilla de 18 años de edad, vecino de la colonia El Pueblo, fue asegurado.
Sin embargo, mientras que los agentes de Control de Accidentes tomaban conocimiento de los hechos, éste comenzó a golpearse contra los cristales de la unidad, para luego arremeter a golpes contra los oficiales quienes tuvieron que someterlo y pasarlo hacia la parte trasera de la patrulla de donde intentó bajarse en varias ocasiones, fue al llegar a la Comandancia donde éste logró escapar corriendo aún esposado por lo largo de la calle Pípila, provocando la movilización de los elementos de Seguridad Pública, quienes lograron capturarlo a la altura del Museo Polvorín, remitiéndolo nuevamente a las celdas donde quedó bajo restricción, no sin antes asegurar trabajar para la delincuencia organizada y que todos los que habían logrado detenerlo la iban a pagar.
