Si algo estaba claro en esta 90ª edición de los Oscar es que Frances McDormand no tenía rival en la categoría de mejor actriz. La intérprete estadounidense de 60 años no ha dejado de llevarse todos los premios a los que estaba nominada por su papel en Tres anuncios en las afueras: Globo de Oro, Bafta, el del Sindicato de Actores SAG, el Critic’s Choice... Sus otras oponentes eran Saoirse Ronan (Lady Bird), Meryl Streep (Los archivos del Pentágono), Margot Robbie (Yo, Tonya) y Sally Hawkins (La forma del agua).
Solo le hacía falta la estatuilla dorada para coronar una actuación memorable en la piel de una madre tenaz y ruda que busca justicia por todos los medios posibles para su hija asesinada, un crimen que nadie parece investigar. Por eso contrata tres vallas publicitarias atacando la pasividad policial de la comisaría del pueblo de Ebbing, en Misuri.
McDormand ha recibido la estatuilla de manos de Jennifer Lawrence y Jodie Foster. “Estoy hiperventilando” ha dicho una nerviosa actriz cuando ha subido al escenario. Frances, que ha dejado la estatuilla en el suelo, ha agradecido el premio al director Martin McDonagh y ha pedido que todas las mujeres nominadas de la sala se pusieran de pie para reivindicar más trabajo en la industria en un discurso feminista. “Que nos hablen de proyectos en los despachos no en las fiestas”, ha concluido bajo un aplauso unánime.
Especializada en personajes duros gracias a un rostro que se ha ido curtiendo sin ayuda del bisturí, McDormand es una actriz de carácter con cinco nominaciones al Oscar en su currículum. Habitual colaboradora de los hermanos Coen (está casada con Joel ) desde que la ficharon en su debut en la gran pantalla Sangre fácil (1984), su filmografía incluye cintas destacadas como Arde Mississippi (1988), Casi famosos (2000) o En tierra de hombres (2005) y logró su primer Oscar por la inolvidable policía embarazada de Fargo (1996), de los Coen.
El glamur no va con su estilo, ella pasea por la alfombra roja con su estilo desenfadado, sin disimular sus canas, prácticamente sin usar maquillaje ni grandes oropeles.
Frances es una mujer que reivindica con pasión su triple dimensión de actriz, madre y feminista. Todos los que la conocen y han trabajado con ella aseguran que es una mujer auténtica, sincera y natural. Sam Rockwell, compañero en Tres anuncios en las afueras, ha declarado que es “la antihéroe que necesitamos” y Woody Harrelson la denomina “huracán Fran”.
Amiga íntima de Holly Hunter desde que ambas comenzaran juntas sus respectivas carreras, Frances odia conceder entrevistas, las redes sociales, firmar autógrafos y hacerse selfies. Se enamoró del teatro a los 14 años cuando descubrió Lady Macbeth en una clase de literatura y desde entonces no ha cejado en su empeño de encarnar mujeres fuertes tanto sobre las tablas como delante de la cámara.
Pero si tiene que decir ‘no’ aun papel no se corta. De hecho se negó en principio a interpretar a Mildred Hayes, la protagonista de esta comedia negra de tintes dramáticos que tantos premios le ha dado. McDonagh, que escribió el personaje pensando en ella, tuvo que insistir. “Le dije que no porque a mis 60 era muy vieja para el papel. Me gusta interpretar a mujeres de mi edad. Es algo político. Y como alguien de clase trabajadora, sé perfectamente que una mujer así no habría esperado a los 38 para tener su primer hijo”, comentó en una entrevista. Al final, apareció su marido y la acabó convenciendo.
Frances aprendió español gracias a su hijo Pedro, paraguayo de nacimiento y adoptado hace 24 años por el matrimonio. Por él aparcó durante un tiempo su profesión para ejercer de madre al 100%, algo de lo que se siente muy orgullosa. Ahora que el chico se ha hecho mayor, la actriz dedica más tiempo a disfrutar de su trabajo fuera de casa. Un empleo para el que sin duda nació y al que se entrega con auténtica devoción cuando un papel le atrapa, que no ocurre a menudo. Dueña de un Oscar, un Tony (Good people) y un Emmy (Olive Kitteridge), próximamente la escucharemos prestando su voz a uno de los personajes animados de Isla de perros, de Wes Anderson.
La actriz debutó en la gran pantalla en ‘Sangre fácil’ (1984), de los hermanos Coen y logró su primer Oscar en la piel de una policía embarazada en ‘Fargo’ (1996)
