AGENCIAS / EL TIEMPO
WASHINGTON.- La reforma sanitaria de Donald Trump se quitó la careta. El nuevo plan de salud impulsado por los republicanos en la Cámara de Representantes de Estados Unidos haría que hasta 14 millones de estadounidenses pierdan su cobertura médica para 2018 y 24 millones de personas quedarían sin seguro médico en 10 años.
La cifra, un machetazo en las filas republicanas, pulveriza la promesa del Presidente de Estados Unidos de garantizar la cobertura sanitaria universal y da nueva munición a los demócratas, unidos como nunca antes en la defensa del sistema creado por Obama.
También aumenta las dudas de los grupos de republicanos moderados que en el Senado y el Congreso han manifestado su resistencia a votar una medida que afecta a sus electores. Unos y otros juntos podrían bloquear la aprobación de la ley en las cámaras y dar a Trump su mayor castigo hasta la fecha.
El cálculo, del que hasta ahora sólo se conocen algunos detalles, fue elaborado por la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por su sigla en inglés), un organismo no partidista y cuyos estudios gozan de crédito general.
El informe analiza los costos del plan sanitario presentado la semana pasada por los republicanos y que tiene como fin la demolición del Obamacare. En su proyecto, los conservadores eliminan la obligación de tener seguro médico, congelan el desarrollo del programa para los mas desfavorecidos (Medicaid) y eliminan el sistema impositivo que permitió la expansión de la red asistencial con Obama (20 millones de nuevos asegurados).
A cambio, la reforma apadrinada por Trump favorece las desgravaciones fiscales y la compra en el libre mercado de las pólizas. Desde su presentación, las asociaciones médicas y de hospitales advirtieron que el nuevo modelo supone una peligrosa merma en la atención sanitaria de los grupos más vulnerables y que pone al borde del abismo a 28 millones de personas que aún carecen de cobertura. Los republicanos siempre han contestado que el objetivo no es mejorar la magnitud de las coberturas sino la efectividad de las prestaciones efectivas. Pero el estudio de la Oficina Presupuestaria echa por tierra este argumento y señalan el verdadero núcleo de la propuesta conservadora: reducir el déficit, la obsesión de los republicanos. Con el nuevo plan, el erario se ahorraría 337 mil millones de dólares en 10 años.
