Unos tenis color negro con rayas naranja y suela blanca, son la esperanza de un campeonato para Cristian Ibarra Sosa. Sus padres son de escasos recursos y no podían comprárselos,por lo que los directivos de la Escuela Miguel Hidalgo se losregalaroncomo premio allograr el campeonato regional en voleibol. Hoy es el capitán del equipo y representará a Coahuila en el Nacional de voleibol de los Juegos Deportivos Nacionales Escolares de la Educación Básica del 11 al 17 de junio en Guadalajara, Jalisco.
En el corazón de la colonia Hipódromo, en el sector Oriente de la ciudad de Monclova, creció Ibarra Sosa en el seno de una familia humilde encabezada por Roberto y Laura, quienes procrearon seis hijos.
Actualmente tiene 12 años de edad, es de complexión espigada, tez morena, ceja pronunciada, de carácter recio y mirada fija que intimida a cualquiera, pero paradójicamente cuando empieza a hablar es tímido.
En la pausa del entrenamiento y sentado en las gradas del Gimnasio del COBAC, recordó que comenzó a practicar el voleibol el año pasado en la Escuela Miguel Hidalgo,a través de la invitación del profesor de Educación Física, Epifanio Sánchez.
Aunque no conocía este deporte se aventuró a practicarlo, sin dejar el atletismo y el futbol, que eran su pasión. Participó junto con sus compañeros en las eliminatorias de los Juegos Escolares, pero sólo llegó hasta la segunda etapa.
“Me gusta el voleibol porque conoces muchos lugares, para mi es una pasión y puedo seguir adelante”, indicó.
Para este año, Cristian, con sus tenis favoritos marca Vans color negro; un tanto desgastados por el uso y poco cómodos para la práctica del deporte, entrenó con sus compañeros para el nuevo ciclo de los Juegos Escolares.
Su posición es acomodador y su trabajo es clave para el funcionamiento del equipo. En la Liga Municipal se coronó campeón, avanzó al regional y repitió el resultado.
Ante la necesidad de un tenis apto para practicar deporte y la falta de recursos de su familia, la directiva de la Escuela decidió regalarle unos de la marca Adidas.
“Cuando los vi me gustaron y cuando me dijeron que eran míos me sentí muy feliz. Me dijeron que me los pusiera, y sí me quedaron”, expresó con gran entusiasmo.
Cristian se sintió motivado y en el Estatal brindó su máximo esfuerzo al igual que sus compañeros para vencer a la Región Norte, que era el equipo favorito, y en junio representarán a Coahuila en el Nacional.
“QUIERO SUPERAR A MI PAPÁ”Los recortes de periódicos del año 2002, motivaron a Jehú Adrián Arévalo Galván a practicar este deporte. En ellos aparece su padre Jehú Arévalo, quien fue el jugador más valioso y campeón nacional escolar de voleibol en ese año; ahora es el auxiliar de este equipo.
Jehú tiene 11 años de edad, vive en la colonia Hipódromo, juega la posición de acomodador, muestra seguridad tanto dentro como fuerade la cancha y supera en estatura a su amigo Cristian por diez centímetros.
Tiene los objetivos claros, no sólo quiere ser campeón nacional sino superar a su padre y está consiente que es un proceso y todo es paso a paso.
“Mi abuelo Roberto fue el primero que tuvo fe en mí. Un día me dijo que yo sería mejor que mi padre, él tuvo la posibilidad de llegar a la Selección Nacional y por motivos personales no lo logró. Yo quiero hacerlo”, expresó.
Su día inicia como cualquier otro niño desde las 07:00 de la mañana;se baña y se cambia para ir a la escuela. Después, regresa a casa y come, hace la tarea y estudia o de lo contrario no puede ir a entrenar por la tarde, este es el único requisito que impusieron sus papás para jugar.
En este ciclo deportivo 2016-2017 estuvo en todo momento con el equipo, jamás bajó la guardia y motivó a sus compañeros hasta cumplir su meta del campeonato estatal, que se lo dedicó a su abuelo, su padre y a su madre Perla, y sobre todo a su primer hermano que viene en camino.
Su ídolo es su propio profesor Epifanio Sánchez y el olímpico Pedro Rangel, a quien sigue muy de cerca en cada partido de la Selección. De grande quiere ser como ellos y representar a México por todo el Mundo.
“TODO VALE LA PENA”Después de una década de retiro por motivos profesionales, el profesor Epifanio Sánchez regresó a las canchas con el firme propósito de promover el voleibol entre la niñez y tiene amplia confianza en que el equipo de la Escuela Miguel Hidalgo haga un buen papel en el Nacional.
El profesor entrena a los niños con pasión y de la mejor manera posible. En cada momento les explica los movimientos y jugadas con paciencia. No espera nada a cambio sólo quiere que los niños tengan otras oportunidades más allá de su escuela o colonia.
“Sí vale la pena, es una satisfacción personal dejar una semillita en cada uno de ellos. El trabajo y esfuerzo se ve reflejado en cada entrenamiento”, expresó.
Para el profesor será difícil recortar jugadores, el equipo es integrado por 15, pero el comité organizador sólo acepta 12. Los niños que aspiran al Nacional son Cristian Ibarra, Jehú Arévalo, Ángel Garanzuay, Axel de León, Carlos Martínez, Uriel de los Santos, Armando Esparza, Julio Mejía, Brayan Alberto Espinoza, Brayan Elías, Alexis Robledo, Ricardo Infantil, Max Corpus y Aldo Corpus.
En el Nacional acuden los mejores 32 equipos del País en la categoría 2005 y Menores. La competencia se divide en 8 grupos y sólo él líder de cada uno avanza a los cuartos de final hasta llegar al partido por el título. Como antecedente, Coahuila no es campeón escolar desde el año 2002, cuando la Escuela Sara Múzquizde Monclova, bajo la dirección del Profesor Epifanio Sánchez, se coronó invicto.
“ES EL TURNO DE MI HIJO”El profesor Jehú Arévalo, fue campeón nacional escolar en el año 2002, ahora tendrá la experiencia de vivir este torneo desde el banquillo como auxiliar del profesor Epifanio Sánchez.
“Yo fui el mejor jugador del nacional en ese año, todo lo recuerdo como si fuera ayer. Pero ahora le toca el turno de mi hijo y sus compañeros”, declaró.
Jehú, considera que son épocas diferentes; antes no había tanto apoyo como hoy, pero sigue faltando impulsar más este deporte sobre todo entre la niñez. También recordó que ese equipo fue muy bueno y ahí empezó la dinastía Rangel.
Cada vez que tiene oportunidad comparte su experiencia de vida con los niños con la finalidad de motivarlos y qué algún día no muy lejano no sólo logren la hazaña del 2002 sino la superen y figuren como aquellos jugadores de antaño.
