‘Mijo levántate, tu eres un Guerrero’
[quote]Murió Víctor Raúl tenia 13 años, no alcanzó a estrenar el par de tenis nuevos[/quote]
VERÓNICA PRECIADO/ REPORTERA
EJIDO CELEMANIA, MPIO NADADORES.-“Levántate mijo, tu eres un guerrero”, fueron las palabras que con profundo dolor pronunció Imelda Delgado Rodríguez, al recibir el cuerpo sin vida de su hijo Víctor Raúl, quien falleciera el pasado jueves en la Ciudad de Monterrey, víctima de cáncer pulmonar.
Cerca de las 3 de la tarde, el cortejo fúnebre llegó con el ataúd con el cuerpo de un incansable luchador, un famoso jugador de béisbol y el mejor pitcher, quien era el orgullo de su padre Heriberto García Rodríguez.
Familiares y amigos se encontraban reunidos en la casa de Víctor, para dar el pésame a sus padres, quienes ante la muerte de su hijo se encontraban desconcertados, aún sin asimilar que él se haya ido de un momento a otro.
El dolor y la impotencia se reflejaban en el rostro de Imelda, una madre afligida ante la irreparable pérdida, y es que a pesar de su enfermedad, Víctor había permanecido bien de salud en los últimos días, pero de manera repentina todo cambio.
“Despierta papi, ahora quien me va a decir que lo sobe, ¿por qué me lo traen así, porque?, gritaba desesperada doña Imelda mientras se aferraba al ataúd.
Don Heriberto quien se encontraba un poco más tranquilo, aunque en su mirada reflejaba un dolor indescriptible, afirmó que estaban preparados para un desenlace fatal, sin embargo no esperaban fuera así.
“Él estaba muy bien, de hecho el cáncer de los pulmones no le había afectado la respiración, hasta hace poco tiempo, el viernes que hable por teléfono con él porque yo trabajo fuera de la Ciudad, si lo escuche un poco cansado, mi hijo el mayor me dijo Víctor se ha sentido mal”.
Señaló que el miércoles empezó a decaer más, y su esposa le avisó que se encontraba mal que no respiraba bien, fue cuando decidieron llevarlo a Monterrey para que lo atendiera el especialista.
“Mi vecino se ofreció a llevarlos para que no se tardaran tanto en trasladarse en el camión, yo estaba al pendiente comunicándome con mi esposa, me decía que el niño iba mal y ya no podía ni abrir los ojos”.
Más tarde antes de llegar a la clínica en Monterrey, él empezó a sentirse mejor, iba cantando y hablando muy bien, pero le volvió a dar otro bajón, comentó.
“Cuando le volví a marcar a mi esposa para decirle que ya iba para allá, yo había pedido raid desde Piedras Negras, me dice no mejor espérenos ya no se venga, el niño ya falleció le dieron tres infartos…..(dijo estas últimas palabras con voz entrecortada).
UN LUCHADOR INACANZABLE
A sus 13 años de edad, Víctor siempre estuvo al pie del cañón, era un guerrero, así lo expresó su padre, quien recordó que días antes de su muerte él le había pedido que le comprara unos tenis para estrenar su nueva prótesis.
A pesar de tantas caídas, no se rendía, era un jovencito muy entusiasta, aferrado a la vida, la amputación de su pierna no fue impedimento para que dejara de practicar su deporte favorito, el béisbol.
Víctor era un pitcher excelente, recibió reconocimientos y la gente lo admiraba por su gran pasión, pero sobre todo por su fortaleza en medio de la enfermedad.
Hace dos años le detectaron cáncer en el tobillo izquierdo, de ahí los doctores determinaron amputarle la pierna para evitar que el mal de desarrollará en todo su cuerpo.
Desafortunadamente el cáncer invadió sus pulmones, apenas en junio de este año empezó con las quimioterapias y todo iba bien, aunque en ocasiones se deterioraba su salud, se recuperaba para seguir adelante.
“Mi hijo fue muy fuerte, tanto golpes que tuvo, primero cuando se enteró que tenia cáncer, después vino lo de la amputación de la pierna, pero no se rendía, siempre tratábamos de animarlo, luego lo del cáncer en los pulmones”.
Pero desde pequeño se enfrentó a situaciones difíciles, pues a los seis meses de vida estuvo internado de gravedad, por una fuerte neumonía, pero logró librar la enfermedad.
Su padre recordó que a los 7 años cuando ingresó a la liga de béisbol con los Yanquis de San Buenaventura, se perdió después de salir de un entrenamiento, por horas estuvo desaparecido, pero finalmente dieron con su paradero.
“Mi niño era muy bueno, aún no entendemos porque tuvo que irse así tan joven, yo la verdad si le reprocho a Dios que me lo haya quitado”.
Víctor será sepultado el día de hoy, pero antes le rendirán un merecido homenaje en el auditorio municipal de San Buenaventura, por los años que participó como un destacado beisbolista con los Yanquis.
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